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La tasa financiera cae de la próxima cumbre del G-20

La iniciativa hispano-francesa se aplaza a 2011. España afianza su rol en el foro

B. CARREÑO

La tasa sobre las transacciones financieras puede esperar. Al menos, hasta que Francia tome las riendas de los encuentros del G-20 el próximo ejercicio. El secretario general de Presidencia, Bernardino León, avanzó ayer que el G-20 que arranca la próxima semana en Corea del Sur no abordará esta cuestión.

León explicó que será bajo la presidencia francesa cuando se retomará la discusión sobre la necesidad de este tipo de impuesto, que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió en la Asamblea de Naciones Unidas el pasado septiembre en Nueva York. En aquel foro, Zapatero, que contó con el respaldo de Nicolas Sarkozy para su propuesta, se comprometió a 'defender y a llevar a la práctica la nueva tasa' en todos los encuentros internacionales en los que España está representada, desde la Unión Europea al G-20.

El Gobierno crea una unidad especial para centralizar los temas del G-20

Sin embargo, el meticuloso diseño que Francia está elaborando del programa que quiere hacer bajo su mandato, y que se centrará en el sistema financiero, ha llevado a aplazar esta decisión. En el anterior G-20 en Toronto, los países miembros se comprometieron a implantar tasas si lo creían apropiado para sus entidades. Esta falta de un acuerdo global fue muy criticada al término de la cumbre.

Paradójicamente, son los países emergentes los que más se oponen a este tipo de gravámenes porque pueden frenar el desarrollo de sus economías, aunque las potencias occidentales han defendido que la recaudación se destine a luchar contra la pobreza. La idea de Francia es que el próximo año se aborden 'mecanismos innovadores de financiación' para lograr estos recursos.

Otro asunto vital en la reforma del sistema financiero es decidir qué entidades son 'demasiado grandes para caer', es decir, que son un riesgo sistémico, una cuestión que también se pospone a los encuentros bajo presidencia francesa.

Zapatero presenta una propuesta con diez puntos, uno dedicado al empleo

Las líneas de trabajo que se reforzarán en materia financiera la próxima semana en Seúl son las que implican una mayor supervisión sobre derivados financieros y agencias de rating. Además, se avanzará en la puesta a punto de la nueva regulación financiera conocida como Basilea III. El G-20 es el organismo encargado de coordinar la aplicación global de esta medida que, entre otros puntos, prevé exigir más capital a los bancos para provisiones anticíclicas. Aún quedan por perfilar los nuevos requerimientos en liquidez y nivel de endeudamiento, que se pueden clarificar en las próximas semanas.

Además, se abordará la sensible situación en política monetaria. La reciente operación de la Fed de inyectar liquidez al mercado, ha debilitado el dólar y Francia y Alemania, junto con Brasil y Japón, han mostrado su oposición a esta medida. Al hilo de esta guerra de divisas se debatirá sobre cómo equilibrar la economía global. España defenderá que se supervisen estos desajustes hay países que ahorran mucho y otros que gastan demasiado pero sin fijar límites concretos como el propuesto por EEUU hace unas semanas, que pedía fijar en una horquilla del 4% el resultado de la balanza de pagos.

También se tratará la recuperación económica, incidiendo en el tema del empleo. Zapatero formulará una propuesta al foro de diez puntos, uno centrado en el mercado de trabajo. El presidente será el encargado de presidir una sesión del foro empresarial que se celebrará de forma paralela a la cumbre. Zapatero coordinará el capítulo dedicado a la 'economía verde' y las principales empresas españolas (Santander, Telefónica, BBVA, Iberdrola, Ferrovial, Acciona, etc...) participarán en el encuentro.

Dentro del calendario oficial, se examinarán las políticas económicas que han implementado cada país. España pasará por esta suerte de examen, y las conclusiones se elevarán al comunicado final, lo que institucionaliza el rol del país en el foro. Hasta ahora, España por su condición de invitado del G-20, no era objeto de escrutinio en estas pruebas.

En este sentido, el Gobierno ha creado una unidad especial dentro de Presidencia encargada el papel de España en el G-20. La unidad estará co-dirigida por Bernardino León y Javier Vallés, el director de la Oficina Económica de Moncloa, ambos sherpas en estos foros.

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