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Telebasura: máxima audiencia al mínimo coste

Los programas del corazón son el formato más rentable para los medios 

D. B.

'A la gente le gusta ver que los famosos también tienen sus problemas porque, en el fondo, todos somos algo cotillas'. La afirmación pertenece a la periodista y escritora Rosa Villacastín. Es el punto de vista de una de las impulsoras de los programas que revolucionaron los contenidos televisivos de famosos hace más de una década. No obstante, su argumento no convence a los críticos. 'Los programas del corazón copan la parrilla porque son los más baratos, pero si hubiera otro tipo de oferta la gente también consumiría televisión', analiza el periodista especializado en prensa rosa Miguel Ángel Rabaneda.

Las asociaciones que representan a la audiencia, como la Agrupación de Telespectadores y Radioyentes (ATR), no culpan ni a las cadenas ni a los consumidores de la baja calidad televisiva. 'Son programas muy rentables que tienen unos límites que no pueden pasar', razona Iñigo Millán-Astray, presidente de ATR.

Todos coinciden en señalar al programa Qué Me Dices (estrenado en 1995) como el origen de la segunda oleada de la televisión rosa. Su formato añadió dosis de humor a la crónica social a la vez que amplió su campo de información hasta sobrepasar los límites legales. En los últimos años, los medios de comunicación han acumulado querellas de personajes que han visto invadida su intimidad sin justificación informativa.

Regulador independiente

La ATR aboga por la creación de un consejo estatal regulador independiente que limite los atropellos contra la vida de las personas. Sin embargo, Millán-Astray, ve una vía hacia la esperanza en el fin de Aquí hay tomate. 'Para mantener la audiencia acudieron incluso a la difamación pero la gente se ha cansado irremediablemente', explica. Rabaneda, ex reportero del programa, difiere de esa opinión: 'Intentaron cambiar el formato y han fallado, pero no existe integridad por parte de Telecinco en la retirada del programa. Si la hubiera no mantendría formatos basura como el Está pasando', ejemplifica.

La falta de un consejo regulador de los programas se debe a la corta vida de las televisiones privadas. Cadenas como Antena 3 o Telecinco apenas cuentan con 18 años de edad. Los defensores de los usuarios de los medios de comunicación confían en que la llegada de 1.000 canales a través de TDT mejore la calidad.

Bob Pop

Cuando el matrimonio Beckham estaba a punto de mudarse a vivir a Madrid, Victoria afirmó que estaba encantada con el traslado, sobre todo porque la prensa española le parecía mucho menos canalla que la inglesa. Y tenía toda la razón. Por mucho que sufriera de cerca el aliento de la bestia mediática (que olía a ajo), Vicky nunca vivió tan tranquila como en La Moraleja. Me duele tener que estar de acuerdo con ella, pero no es verdad, tal y como afirman muchos, que en España tengamos la peor prensa del corazón del mundo, ni que el fenómeno del chisme impreso, televisivo o radiado tenga aquí un impacto mayor que en otros países. Y ahora menos que nunca. Aunque tampoco es un consuelo que la agresividad de los tabloides ingleses deje a las pepitas del difunto tomate en mantilla española, o que los blogs internacionales con imágenes digitales indiscretas conviertan a nuestros paparazzi en monjas teresianas. Claro, que Telma no es Britney. Aunque el carácter vengativo del gremio corazonero que hoy celebra su victoria toledana hace temer un acoso similar contra ella. Cuyo mayor error, tal vez, haya sido elegir un mal momento para enfrentarse a un sector que lleva bastantes meses pasando por su peor racha en muchos años, y se aferra a lo que sea para hacerse necesario.

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