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El temor a los mercados aplaza el segundo rescate de Grecia

La zona euro desbloquea la ayuda urgente para que Grecia sobreviva al verano, pero sigue dividida

DANIEL BASTEIRO

Cada paso de la Unión Europea en la llamada crisis de deuda, que desde hace un año y medio monopoliza las reuniones de los ministros del euro, ha pretendido calmar el nerviosismo de unos mercados financieros que a pesar de todo acabaron cobrándose tres víctimas: Grecia, Irlanda y Portugal. La eficacia de la estrategia europea ha sido cuestionada en varias ocasiones, la última hoy mismo por la nueva presidencia de la UE, que ostenta Polonia, cuyo ministro de Economía reconoció que 'todos' los actores implicados, incluidos los responsables de la zona del euro, han estado 'rezagados' y han 'cometido errores', dijo Jacek Rostowski.

Pero la zona del euro va a intentarlo otra vez. En este caso, el segundo rescate de Grecia, sobre el que discutieron los ministros por videoconferencia, el debate no se centra en cómo neutralizar el nerviosismo de los especuladores, sino en cómo no encresparlo aún más.

El mayor problema del segundo rescate son las agencias de rating

Ante la falta de acuerdo sobre la fórmula, la reunión decidió aplazar hasta después del verano el segundo rescate. En él participarán bancos y aseguradoras privadas reinvirtiendo más de la mitad de lo que les venza en bonos de deuda griega de aquí a 2014. La zona del euro espera que el sector privado se haga así cargo de unos 25.000 millones de euros de los 110.000 millones que podría necesitar Grecia en un segundo rescate similar al primero.

La Comisión Europea, el BCE y la presidencia rotatoria pedían que el segundo programa de financiación se zanjase en la reunión del Ecofin del 11 de julio, como estaba previsto. Sin embargo, los 17 países de la moneda única siguen sin estar convencidos de la acogida que darán los especuladores a este nuevo modelo de rescate, que combina préstamos de los países del euro y reinversión privada. Sobre ellos tienen una influencia capital las agencias de calificación de riesgo, en el origen de la crisis al no detectar los riesgos de la crisis de las hipotecas basura en EEUU o al rebajar sin justificación la nota de la deuda griega.

De forma discreta, responsables de la zona del euro han sondeado ya a las principales agencias, que públicamente han advertido de que presionar a los bancos para que vuelvan a comprar deuda griega será considerado como un impago o quiebra encubierta del país.

El retraso en aprobar las nuevas ayudas muestra las diferencias en la zona

Mientras la zona del euro se toma el verano para detallar la participación de los bancos y lograr que las agencias no den la voz de alarma, Grecia podrá hacer frente a sus pagos más urgentes durante el verano. Los ministros desbloquearon los 8.700 millones de euros que forman parte del primer rescate, acordado en mayo del año pasado y que se desembolsa por tramos que requieren ser autorizados uno a uno. El viernes, una reunión de los responsables del FMI deberá hacer lo propio con los 3.300 millones que esta institución aporta.

En el comunicado de la reunión, los ministros confesaron su 'satisfacción' por el 'fuerte compromiso' del Gobierno y Parlamento griegos, que esta semana salvaron la votación para activar unas privatizaciones por valor de 50.000 millones y un recorte del gasto y subida de impuestos de otros 28.000 millones.

La Comisión dijo que no había un “plan B” a los recortes en Grecia pero, una vez salvado el voto, Alemania ha decidido desvelarlo. El ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, admitió en una entrevista con ‘Der Spiegel’ que su Gobierno “hizo planes ante el improbable acontecimiento de un impago de Grecia”. Pretendían evitar el contagio para que la quiebra no se convirtiera en una crisis “incontrolable” con “formidables repercusiones” para España, Bélgica o Italia.

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