Este artículo se publicó hace 13 años.
Tensión entre las víctimas del terrorismo y el padre de Shalit en el Supremo
La sesión del Tribunal Supremo israelí en la que se estudian hoy cuatro recursos contra la liberación de 477 presos palestinos a cambio del soldado Guilad Shalit, se ha convertido en un duro intercambio de acusaciones entre el padre del soldado, Noam, y varias víctimas del terrorismo.
La sesión, que comenzó a primera hora de hoy y debe terminar antes de que comience el canje, mañana, fue interrumpida una y otra vez por representantes de las víctimas, que consideran desproporcionado el precio del intercambio.
"Pon un crespón negro en la bandera que has puesto sobre tu casa en Mitzpé Hilá, este es un día de luto", espetó Shvuel Schijveschurder al padre del militar en medio de la sesión, recordando la bandera blanquiazul de Israel que izó el fin de semana sobre el tejado de su casa en señal de alegría.
De 27 años, Schijveschurder es para muchos israelíes uno de los iconos de la segunda Intifada palestina, ya que perdió a casi toda su familia en el atentado suicida del restaurante Sbarro, en pleno centro de Jerusalén.
El joven, que fue detenido hace unos días por profanar con pintadas el monumento que recuerda el lugar del asesinato del primer ministro Isaac Rabin en 1995, anunció que vengará la muerte de sus padres y hermanos si el tribunal no detiene la liberación de sus asesinos, en principio prevista para mañana.
"Si esta instancia no detiene el desplome absoluto del Estado de Israel, seré yo el que lo haga. Que a todos les quede claro que no permitiremos que estos terroristas salgan de Israel", agregó en los pasillos del Tribunal.
Otros familiares increparon a Shalit diciéndole que representa "a las familias de víctimas árabes" tras lo que la presidenta del Tribunal cortó el intercambio de acusaciones alegando que la sala no era "una asamblea popular".
La tensión en la sociedad israelí estos días se deja entrever desde que el martes pasado el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, anunció el canje.
Ese mismo día las principales asociaciones de víctimas adelantaron su intención de recurrir a los tribunales para tratar de impedir la liberación de lo que para los israelíes son "sanguinarios terroristas" y para los palestinos "luchadores por la libertad".
Desde la publicación de las listas ayer por la mañana los israelíes tienen 48 horas para recurrir al Supremo, que en casos similares en el pasado nunca aceptó las demandas.
Hoy, los familiares de las víctimas interrumpieron repetidamente la sesión en señal de protesta por la liberación de presos que llegan a acumular en conjunto alrededor de medio millar de cadenas perpetuas, las mismas que el número de víctimas por las que se les condenaron en Israel.
El padre del soldado, Noam, que acudió a la vista para defender el canje ante los jueces y pedirles que rechacen los recursos, manifestó a medios locales que "su corazón y el de su familia están con las víctimas del terrorismo".
"Es un acuerdo difícil. Nos alegraría que Guilad fuera liberado de otra manera, pero desgraciadamente el Estado de Israel no ha sido capaz de ejercer la presión suficiente para conseguir su liberación", dijo.
Shalit, que ha pasado los últimos cinco años en una campaña nacional e internacional para conseguir la liberación de su hijo, lamentó que "las víctimas del terrorismo no apoyaran a su familia cuando trataba de presionar a Israel y a Hamás", y "frenar los camiones de dinero y bienes" que entraban en la franja de Gaza.
"No aplicar el acuerdo ahora no devolverá a sus seres queridos, pero por otro lado condenará a Guilad a muerte", destacó.
Antes de la audiencia, el primer ministro envió una circular a todas las víctimas en las que explica las razones del canje, que en Israel es aceptado por la opinión pública con sentimientos encontrados.
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