Este artículo se publicó hace 14 años.
Un terremoto de 7 grados deja sumido en la desolación a Haití
El terremoto de siete grados en la escala de Richter que azotó hoy a Haití dejó al país caribeño prácticamente incomunicado y sumido en la desolación ante lo que se teme una catástrofe de grandes proporciones.
Edificios destruidos, el cierre del aeropuerto de Puerto Príncipe, el colapso de las comunicaciones y el aislamiento de numerosos puntos del país son algunas de las primeras consecuencias causadas por el fenómeno, que tuvo su epicentro a unos quince kilómetros de la capital haitiana y fue seguido por tres fuertes réplicas.
La magnitud de la sacudida, ocurrida a las 21.53 horas GMT, generó una alerta de tsunami emitida por el Centro de Advertencia de Tsunamis de EE.UU. y retirada dos horas después.
Todavía no se conocen datos sobre víctimas ni daños materiales, pero ya circulan las primeras imágenes de fallecidos, inmuebles hundidos y escombros por todas partes.
El temblor causó daños en numerosos edificios de la capital haitiana, como el inmueble que alberga la sede de las Naciones Unidas, además de supermercados, hoteles y otros edificios, según testimonios recabados en Santo Domingo por familiares y amigos de residentes en Haití.
De acuerdo con estas informaciones, incluso la catedral de la ciudad se derrumbó, el palacio presidencial sufrió daños y es prácticamente imposible circular en automóvil por las calles, invadidas por los escombros.
Las comunicaciones por vía telefónica quedaron cortadas tras el movimiento sísmico, que causó graves daños en las instalaciones de telecomunicaciones.
El cónsul dominicano en Haití, Carlos Castillo, dijo al Canal 11 de la televisión local que sólo los teléfonos de las operadoras Voilà y Haitel prestan servicio a sus abonados, mientras que los de la compañía Digicel han quedado inoperantes, al haberse desplomado sus torres de comunicaciones.
Jesús, un comerciante que se encontraba en Haití en el momento del siniestro, relató a Efe escenas de desolación tras el suceso.
Dijo que cuando se produjo el sismo se encontraba en Fond Parisien, una zona rural próxima a Puerto Príncipe, lugar en el que se hundió una explotación minera y quedaron personas atrapadas.
También se cayó un hospital y se derrumbó una escuela, según el testigo.
"Todo el mundo temblaba, era como un baile, la gente salía de los vehículos, corría y gritaba", relató Jesús, quien describió que "la carretera se abrió por la mitad" ante sus ojos.
El fenómeno se dejó sentir prácticamente en toda la isla de La Española, cuyo territorio comparten Haití y la República Dominicana, aunque en este último país las primeras informaciones oficiales no revelan daños trágicos.
Fue, sin embargo, uno de los terremotos más graves registrados en la isla, donde en 1946 se produjo un temblor de 8,1 grados seguido de un tsunami que afectó a Nagua, en la costa atlántica del noreste dominicano.
El temblor de hoy también se percibió con fuerza en el oriente de Cuba.
Varios países, entre ellos Estados Unidos, República Dominicana, Nicaragua y Venezuela, se comprometieron ya a ayudar a Haití ante este nuevo desastre natural, que puede tener proporciones "catastróficas", según dijo el embajador haitiano en EE.UU., Raymond Joseph.
Es un desastre de "proporciones catastróficas", declaró el diplomático, quien pidió la asistencia de Estados Unidos para hacer frente a los daños. "El país necesitará toda la ayuda que pueda recibir".
Apuntó que, previsiblemente, el número de víctimas mortales tras el terremoto "va a ser bastante alto" y destacó la poca solidez de las construcciones en Puerto Príncipe, una ciudad que ha crecido sin planificación.
"Era una catástrofe que se esperaba", aseveró.
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