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Los terrores nocturnos infantiles son hereditarios: estudio

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Los terrores nocturnos, que hacenllorar desconsoladamente a los niños, son al menos parcialmentehereditarios, según un estudio publicado el lunes.

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La investigación fue publicada en la revista Pediatrics.

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"Nuestros resultados muestran que hay un efecto sustancialde factores genéticos en los terrores nocturnos", aunque no seidentificaron genes específicos detrás del fenómeno, indicó elequipo del doctor Bich Hong Nguyen, del Centro de Desórdenesdel Sueño del Hospital Sacre-Coeur de Montreal, en Canadá.

En un estudio con 390 pares de mellizos y gemelos, losinvestigadores revelaron que los gemelos eran mucho máspropensos a experimentar terrores nocturnos que los mellizos.

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Los gemelos tienen conformaciones genéticas casi idénticas,mientras que los mellizos no. Estos hermanos suelen estudiarsedebido a que su conformación genética similar puede brindarinformación sobre enfermedades y otros problemas.

Los investigadores también señalaron que los factoresambientales podrían ser parte de la causa de los terroresnocturnos, dado que los mellizos se crían juntos en ambientesmuy similares.

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A diferencia de las pesadillas, "la aparición de losterrores nocturnos es abrupto y aterrador, generalmente con undespertar repentino con gritos", indicó el estudio.

"Durante esos eventos, los niños parecen confundidos ydesorientados. Cualquier intento por despertarlos aumentaría suagitación y prolongaría el episodio", agregaron los autores.

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No obstante, los terrores nocturnos son breves, cesanabruptamente y el niño suele volver a dormirse sin recordarnada sobre el episodio, señaló el informe.

En general, el equipo halló que el 37 por ciento de losmellizos tenía terrores nocturnos a los 18 meses y que elproblema desaparecía un año después en casi la mitad de ellos.

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Investigaciones previas mencionadas en el informedemostraron que los factores genéticos serían un factor enalgunos casos de sonambulismo, conversaciones durante el sueñoy pesadillas. Otro estudio indicó que el 19 por ciento de losniños de 4 a 9 años experimentaba terrores nocturnos.

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