Este artículo se publicó hace 15 años.
Un test prenatal aumentaría el riesgo de manchas de nacimiento
Un test realizado al comienzodel embarazo para identificar defectos genéticos en el feto,como el síndrome de Down, estaría asociado con un mayor riesgode que el bebé tenga una mancha de nacimiento o angiomainfantil.
La prueba de vellosidades coriónicas consiste en usar unaaguja para extraer una muestra de la estructura embrionaria queforma la placenta. Se puede realizar a partir de la semana 10de embarazo y permite obtener células fetales para identificaranormalidades cromosómicas.
Dado que varios estudios publicados en la década de 1990habían sugerido que la prueba podía afectar al bebé, el doctorLewis B. Holmes revisó la literatura para definir si el testestaría asociado con los hemangiomas infantiles y hastadefectos en las extremidades.
"Sólo existen unos pocos estudios sobre la incidencia dehemangiomas en niños expuestos a la prueba", escribió Holmes,del Hospital General de Niños de Massachusetts, en Boston, enJournal of Craniofacial Surgery.
En uno de esos estudios, señaló Holmes, los investigadoreshabían hallado "hemangiomas cavernosos o "en frutilla" en 12 de95 bebés expuestos a la prueba (el 12,6 por ciento), adiferencia de tres de 87 niños expuestos a amniocentesis (un3,4 por ciento)", que se realiza en una etapa más avanzada delembarazo.
En otro estudio, el 21,1 por ciento de 578 bebés que habíanestado expuestos a la prueba tenía un hemangioma, comparado conel 7,4 por ciento de 445 que habían estado expuestos aamniocentesis. Algunos bebés en el primer grupo, pero ningunoen el segundo, tenían hemangiomas múltiples.
Holmes buscó también pruebas de la relación entre el test ylos defectos congénitos en las extremidades, en especial en losdedos de las manos, y halló algunas correlaciones "evidentes".
La evidencia sugiere que esos riesgos aumentan cuanto mástemprano se hace la prueba de vellosidades coriónicas en elembarazo, como por ejemplo a las semanas ocho y nueve degestación.
Un estudio grande halló subdesarrollo o ausencia de un parde dedos en uno de 3.372 bebés expuestos a la prueba, comparadocon uno de 53.751 no expuestos.
Una investigación realizada en varios estados entre 1988 y1992 demostró que los defectos en las extremidades eran "seisveces más comunes en los bebés expuestos a la prueba devellosidades coriónicas que en los no expuestos", indicó elautor.
Con todo, dado que la prueba detecta enfermedades genéticasgraves, como el síndrome de Down, "los beneficios de susresultados superarían el riesgo probable de hemangiomas u otrasanormalidades", declaró el editor jefe de la revista.
FUENTE: Journal of Craniofacial Surgery, diciembre del 2008
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