Después de presentar el año pasado la ficción histórica Katyn, Andrzej Wajda cerró este viernes la competición con Tatarak, en la que el maestro polaco funde una ficción con una muerte real. La película, que comenzó a rodarse hace dos años, estuvo a punto de interrumpirse tras el fallecimiento de su director de fotografía, Edward Klosinski, marido de la protagonista, Krystina Janda.

Un cáncer dejó huérfana la ficción de Wajda, pero en lugar de abandonar el proyecto o acabarlo como si no hubiera pasado nada, el director optó por asumir el episodio fúnebre con todas las consecuencias e incorporarlo a la historia. Le convenció la propia Janda, tras enseñarle un texto sobre la muerte de su marido. ¿Me das esto para que lo lea o porque quieres leerlo ante la cámara?, le preguntó Wajda. Ella respondió: 'Te lo doy porque voy a leerlo ante la cámara'.

La muerte del director de fotografía del filme cambió todo

Janda, que no estuvo ayer en Berlín, se convirtió así en una doble protagonista. Por un lado, es Marta, una mujer de mediana edad que está casada con un médico de pueblo y busca su felicidad en brazos de un joven. Y, por otro, la propia Krystina Janda, actriz polaca que rememora en una habitación de hotel los últimos meses junto a su marido. En estas escenas, Janda da a menudo la espalda al espectador. 'En televisión vemos demasiadas caras de gente que quiere contarnos algo. Yo quería que la cámara estuviera allí como por casualidad. Además, las palabras nos parecían más importantes, filmar su cara directamente hubiera sido reiterativo', explicó Wajda.

El autor polaco defendió su arriesgada apuesta aludiendo a la dignidad de los actores: 'Ellos también tienen vida propia'. Desde luego, hay que ser muy sabio para hacer que un viaje tan arriesgado llegue a buen puerto, pero Wajda, figura mayor del cine mundial, lo consigue.

Por su parte, la coproducción española La teta asustada, dirigida por la peruana Claudia Llosa, ganó el prestigioso Premio de la Federación Internacional de la Prensa Cinematográfica (FIPRESCI), anticipo del palmarés oficial de la Berlinale, que se da el sábado a conocer. Dos o tres títulos parten como favoritos para hacerse con el codiciado Oso de Oro. No obstante, la prudencia invita a no hacer pronósticos.