Las últimas investigaciones históricas revelan que la Torre de Hércules fue erigida en el siglo I de nuestra era con el objetivo de guiar a las legiones romanas que navegaban hacia las Islas Británicas. Seguramente fue eso lo que sucedió, pero resulta más poético evocar el magnetismo de los mitos en torno a este faro milenario que remitirse a los hechos demostrados. La leyenda nos habla de que la construcción de la torre se debe al mismísimo Hércules quien, en combate con el malvado gigante Gerión, logró vencerlo y cortarle la cabeza, para luego mandar construir sobre ella una torre que conmemorase tal victoria. La primera persona en habitar las tierras sobre las que se había desarrollado la lucha fue una mujer llamada Crunna, cuyo nombre pasó a bautizar a la nueva ciudad.

Ubicada entre la ensenada del Orzán y el Golfo Ártabro, parece casi imposible entender este rincón del Atlántico sin la Torre de Hércules. No en vano lleva dos mil años facilitando el camino a quienes se acercan hasta este confín. El faro más antiguo del mundo todavía en funcionamiento ilumina 32 millas mar adentro para garantizar que, como en la Antigüedad, los marineros lleguen a buen puerto. Lo hace con una fachada remozada, la que el ingeniero Eustaquio Biannini construyó por orden de Carlos III a finales del siglo XVIII. Y con un interior que conserva la estructura romana y sus 242 escalones hasta el faro.

A sus pies, en Punta Herminia, un parque escultórico de artistas gallegos contemporáneos mantiene el diálogo entre lo antiguo y lo nuevo, entre lo que permanece desde hace miles de años y lo que nace. La esencia misma de la Torre de Hércules, punto de encuentro entre pasado y presente. Diferentes leyendas que han pervivido en torno al faro se representan en este recinto artístico: el Ara Solis en recuerdo del antiguo culto al Sol; los ártabros, antiguos pobladores de A Coruña o Breogán, el mítico caudillo celta.

Rodeando al extremo de la península en la que se ubica, el paseo marítimo, uno de los más bellos de toda Galicia, ofrece la posibilidad de disfrutar de una caminata en la que encontrarse, mientras avanzamos, el Aquarium Finisterrae o la vanguardista fachada de la Casa del Hombre.

Pocos lugares en el mundo concentran su historia, su simbolismo, su desafío al paso del tiempo. De ahí que la Torre de Hércules haya sido elegida por el Consejo del Patrimonio Histórico Español como candidata oficial de España para ser declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Este sábado se sabrá si la candidatura finalmente ha tenido o no éxito. Seguro que los dioses galaicos le echarán una mano.