Este artículo se publicó hace 15 años.
Trabajadores se manifiestan ante el lugar de reunión de la junta de accionistas
Una cincuentena de trabajadores se han manifestado esta mañana frente al hotel Renaissance, en El Prat de Llobregat, en donde se celebra la junta de accionistas de La Seda de Barcelona, empresa que pasa por una fuerte crisis y que quiere despedir a 300 personas.
La protesta se está llevando a cabo en una concentración sin incidentes a la que han acudido una docena de trabajadores británicos de la planta de Wilton, que el grupo cerrará como parte de esta reestructuración y que ha supuesto el despido de 240 personas.
Los trabajadores ingleses han recibido el apoyo de la diputada laborista Vera Baird, que ha viajado hasta Barcelona, para apoyar a los trabajadores.
"Esperamos que los accionistas busquen hoy soluciones todos juntos para la delicada situación de la empresa", ha declarado Miguel Velasco, miembro de UGT del comité de empresa.
Además habrá un ajuste de 60 personas en España y la empresa llevará a cabo a la venta activos que la empresa cuantifica "entre 250 y 320 millones), lo incluye siete plantas, entre ellos la factoría de IQA a Tarragona
En la junta, que ya ha empezado, lo más significativo ha sido la ausencia del ex presidente Rafael Español, que tuvo que dejar el cargo el pasado mes de junio cuando se conocieron diversas operaciones presuntamente irregulares por las que el grupo ha tenido que hacer provisión de 84 millones, una situación que Velasco ha preferido no valorar "porque ahora es el momento de preocuparse por garantizar el futuro de la compañía y de los puestos de trabajo".
La junta de accionistas de La Seda ha impedido el acceso a la prensa, algo que ocurre por primera vez en la historia, pero se ha podido saber que en este momento ya se ha iniciado el discurso del presidente, José Luis Morlanes.
La junta se ha iniciado con la protesta del consejero Jacinto Soler Padró, además accionista minoritario que ha denunciado que la sociedad Jupiter, que supuestamente representa los intereses del grupo portugués Imatosgil, no puede estar presente en la junta porque sus acciones están pignoradas por Caixa Geral, según han explicado algunas personas presentes en la sala.
El quórum ha sido 36,69% de asistencia y la junta ha de dirimir si abre una acción social de responsabilidad -y por tanto futuras acciones legales- contra Rafael Español y el antiguo equipo directivo por las irregularidades descubiertas.
Además La Seda, que ha registrado pérdidas de 565 millones y debe cera de otros 800 millones, mantiene un crédito a empresas del grupo Imatosgil por valor de 22 millones que ha sido impagado, cuando este grupo es el principal accionista, con el 12% del capital.
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