Público
Público

Un tratamiento combinado para la diabetes no da resultado en niños

Reuters

Por Gene Emery y Nancy Lapid

En un nuevo ensayo clínicopara hallar la forma de demorar el avance de la diabetes tipo 2en los niños y los adolescentes, agregar un segundo fármaco altratamiento con metformina fue apenas más efectivo que lametformina sola en el control de la glucosa en sangre.

En un año, la mitad de los niños tratados con metformina yel 40 por ciento del grupo tratado con metformina másrosiglitazona (Avandia) necesitaron insulina inyectable paracontrolar la glucosa, según informó un equipo en la reuniónanual de las Sociedades Académicas de Pediatría, en Boston.

Los hallazgos fueron además publicados en la edición eninternet de la revista New England Journal of Medicine.

"Los resultados fueron desalentadores", escribió en uneditorial el doctor David Allen, de la Facultad de Medicina ySalud Pública de la University of Wisconsin.

"Esto quiere decir que la mayoría de los jóvenes condiabetes tipo 2 necesitarán varios fármacos orales o insulinaunos pocos años después del diagnóstico", agregó.

A los 699 niños y adolescentes incluidos en el estudio seles había diagnosticado diabetes tipo 2 dos años o menos antesdel estudio, de modo que la rapidez con la que la mitad necesitóinsulina revela un comienzo rápido de posibles complicaciones yefectos adversos.

La diabetes tipo 2 "avanza más rápidamente" en los másjóvenes, comentó el doctor Phil Zeitler, de la University ofColorado, en Denver y coautor del estudio. A su equipo lesorprendió la rapidez con la que muchos de los más jóvenestuvieron que pasar del tratamiento oral a las aplicacionesdiarias de insulina.

Todos los participantes padecían sobrepeso u obesidad; ytenían entre 10 y 17 años.

Los niños y los adolescentes diabéticos son una poblacióncon la que cuesta trabajar, agregó Zeitler. Muchos de ellos notoman los medicamentos según las indicaciones.

En primer lugar, para desarrollar diabetes tipo 2 antes dela adultez, "la toxicidad del estilo de vida tiene que serbastante grave", dijo.

Por ese motivo, todos los participantes recibieron por lomenos "asesoramiento básico sobre el estilo de vida", como dejarde beber gaseosas, reducir la comida rápida y hacer másejercicio.

La incorporación al estudio comenzó en julio del 2004 y elseguimiento se mantuvo hasta febrero del 2011. Todos losparticipantes tomaban metformina; a un tercio se le indicó sumarel nuevo fármaco Avandia.

Otro tercio comenzó "una intervención para mejorar el estilode vida" muy intensiva, con más tareas para los participantes,más interacción con los consejeros y la participación de por lomenos uno de los padres, además del tratamiento con metformina.

Se consideró que los tratamientos habían fallado cuando laglucosa en sangre y otros signos revelaban una falta de controlde la diabetes durante seis meses o más.

Al final, el tratamiento falló en el 52 por ciento del grupotratado sólo con metformina, en el 39 por ciento del grupotratado con metformina más Avandia, y en el 47 por ciento de losparticipantes tratados con metformina más el cambio del estilode vida.

El control de la glucosa en sangre se perdió en menos de unaño. El beneficio agregado de Avandia sólo se observó en lasmujeres, por motivos desconocidos. La misma explicación seaplica a la reducción de la efectividad de la metformina en losnegros no hispanos.

Sorpresivamente, el grupo tratado con metformina más Avandiafue el que más peso aumentó durante el estudio, a pesar de unatasa levemente superior de control de la diabetes. Losparticipantes tratados con el cambio del estilo de vida fueronlos que menos engordaron.

Zeitler dijo: "Nuestro desafío, ahora, es poder identificara los niños que responderán a una intervención orientada amodificar el estilo de vida (más un fármaco oral)".

Otro desafío, continuó, es reconocer desde el principio alos niños en los que una intervención intensiva para modificarel estilo de vida "no será efectiva".

El 19 por ciento de los participantes desarrolló efectosadversos preocupantes, como hipoglucemia grave, cetoacidosisdiabética y acidosis láctica.

FUENTE: New England Journal of Medicine, online 29 de abrildel 2012

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias