Este artículo se publicó hace 17 años.
Los tratamientos contra el SIDA permiten ya embarazos naturales con bajo riesgo
La alta eficacia de los tratamientos contra el SIDA permite ya embarazos naturales con un riesgo bajísimo de contagio para el miembro de la pareja sano y para el bebé, según un estudio elaborado por el servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Carlos III de Madrid.
Este centro es el único en España que cuenta desde hace dos años con una consulta específica del Consejo Reproductivo dirigido a las parejas que, con uno de sus miembros infectado por el virus, se plantean la posibilidad de tener hijos.
Dos circunstancias son imprescindibles para afrontar una reproducción por medios naturales: una medicación eficaz y que el paciente infectado no tenga el virus en la sangre. "Si es así el riesgo de contagio es bajísimo", explica a Efe el doctor Pablo Barreiro, adjunto al servicio.
Según el balance del Consejo Reproductivo del periodo 2005-2007, realizado con motivo del Día Mundial del SIDA, que se celebra hoy, 20 de las 24 parejas que buscaron un embarazo natural (un 83%) lo consiguieron, y 18 de ellas (75 %) tuvieron un bebé. Dos tuvieron un aborto espontáneo.
En ninguno de los casos, afirma el doctor Barreiro, hubo contagio ni en el miembro sano de la pareja ni en el recién nacido.
Los datos facilitados a Efe señalan que en ese centro se atienden a 1.165 heterosexuales infectados, de los cuales 312 (26,8%) viven en parejas serodiscordante (uno infectado y otro no).
De ellos, 48 parejas (15,4%) fueron atendidas e informadas en la consulta del Consejo Reproductivo, 38 (14,9%) fueron evaluadas por deseo de embarazo natural, aunque a 12 se les desaconsejó por diversas causas (insuficiencia ovárica, hepatitis crónica avanzada, baja calidad del semen, sífilis, etc).
IMPLICACIÓN DEL MÉDICO
La opción de la reproducción asistida, tanto por inseminación como por fecundación in vitro, es la vía que tradicionalmente se aconsejaba a estas parejas para lograr un embarazo.
"Estas técnicas no me parecen mal aunque son costosas y poco eficaces porque todo el proceso de lavado del semen hace que pierda eficacia reproductiva y no tienen éxito más allá del 20 ó 30%, hay que repetirlo muchas veces a base de gastos, listas de espera, etc", subraya Barreiro.
En todo caso, a las parejas que acuden a la consulta del Consejo Reproductivo "se les informa de todas la posibilidades, de los riesgos y de lo que podemos hacer para reducirlos", agrega el especialista.
La idea de crear esta consulta surgió del análisis del comportamiento de sus pacientes, y de la evidencia de que de las parejas que atendían 76 parejas habían conseguido por su cuenta un embarazo natural sin contagios.
"Revisando la literatura nos dimos cuenta de que los riesgos de transmisión del virus en una relación sexual sin protección cuando se tiene la carga viral indetectable es bajísima, de uno en 3.000 a 30.000 relaciones", explica.
"Y eso hace que se esté en el rango de lo que se asume en Medicina, porque cualquier intervención médica tiene unos riesgos, y así se lo planteamos a las parejas", asegura Barreiro.
"Nos dimos cuenta de que debíamos de dar un paso al frente y ser nosotros los que ofreciésemos un consejo con lo que habíamos aprendido. Nuestro mensaje es: si usted se plantea el embarazo consulte con el médico, que el médico se implique, que no se lave las manos, porque a veces se puede hacer algo más", añade.
LLEGAR A ADOLESCENTES
En el estudio desarrollado por el Hospital Carlos III con 38 parejas, en el 75 por ciento de los casos el infectado era el hombre.
En el caso de la mujer existe un riesgo en torno al 1 por ciento de transmisión vertical de madre a hijo, "que en los casos que hemos estudiado no se ha producido", afirma Barreiro.
Un porcentaje de riesgo de contagio que hasta hace diez años, en 1997, en que empezaron a dar fruto los tratamientos antisida, era del 25%.
Un estudio de la doctora Isabel de José, adjunta al servicio de enfermedades contagiosas del Hospital Infantil de La Paz, presentado este mes de noviembre en el IV Congreso Gesida celebrado en Alicante, recoge la situación del contagio madre-hijo en ocho hospitales de la Comunidad de Madrid desde el año 2000 con el análisis de 672 casos.
Según sus datos, la mortalidad en los niños ha disminuido en los últimos años gracias al tratamiento retroviral. Hasta 1997, año en que comenzaron los tratamientos eficaces, la mayoría de los niños infectados no pasaban de los 4,5 años, ninguno llegaba a los 18 y muy pocos a los 13 años.
"Los pediatras hemos visto morir a muchos niños y ahora conseguimos que lleguen a los 18 años y que pasen a adultos con una calidad de vida buena, integrados, informados", dice la doctora Isabel de José.
El paso a la adolescencia lleva a los médicos a "afrontar otros problemas: prepararles e informarles sobre su diagnóstico, de la importancia de seguir adecuadamente el tratamiento y prevenir que puedan transmitir la infección a otras personas cuando inicien su actividad sexual", asegura la especialista.
En esta etapa, además de su infección por VIH, "hay que controlar otros aspectos propios de la adolescencia" como los problemas nutricionales, mayor incidencia de la obesidad, riesgo cardiovascular, psicológico, integración escolar, etc, asegura la doctora.
LOS NIETOS DEL SIDA
Según el estudio, el 19% de las madres infectadas por VIH en el periodo 2000-2005 son inmigrantes, "una cifra normal teniendo en cuenta que en Madrid el 17% de la población procede de otros países y el 24 por ciento de los nacimientos que se producen son de mujeres extranjeras".
El estudio señala al respecto que "el incremento proporcional de madres inmigrantes no ha supuesto aumento en la prevalencia de anticuerpos VIH en los recién nacidos", es decir, afirma la doctora, que "las madres inmigrantes con VIH transmiten la infección más o menos igual que las españolas".
No obstante, se ha detectado un aumento de los casos de infección por VIH en niños extranjeros. "Son niños procedentes de países donde no hay posibilidad de tratamientos y que vienen a España a medicarse, pero no lo han adquirido aquí", explica la especialista.
"Son historias que te hacen más confortable la profesión porque te das cuenta de que lo que haces vale para algo", afirma.
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