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Tres candidatos muy distintos para encabezar la gran patronal

Rosell, Herrero y Banegas representan perfiles casi antagónicos de liderazgo dentro de la CEOE

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El día 21 de diciembre, la CEOE celebrará elecciones para elegir al sustituto del polémico Gerardo Díaz Ferrán. Pero probablemente el nombre del nuevo presidente se conocerá mucho antes. O esa es al menos la intención de la mayoría de la cúpula directiva de la gran patronal, que se ha propuesto conseguir un candidato de consenso para evitar el enfrentamiento en las urnas. Según la peculiar filosofía de la organización, que sólo se presente un candidato es una señal de fortaleza, y los intensos movimientos de los últimos días apuntan en esa dirección.

Están en juego intereses políticos, territoriales y profesionales

Pero, de momento, los que aspiran a concitar ese consenso son tres, y con un perfil muy diferente. El favorito es Joan Rosell, el presidente de la patronal catalana Foment. Tras las dudas iniciales, el aparato más próximo al presidente saliente parece haberse inclinado por la figura de este empresario familiar, de tradición pactista, que estuvo años marginado de las principales decisiones de la CEOE (Foment estuvo dos años sin vicepresidente que les representara en la patronal), y que ha jugado un papel dudoso en la salida de Díaz Ferrán. Rosell, en efecto, era uno de los designados para dar el empujón al todavía presidente hacia la dimisión, pero sus titubeos contribuyeron a retardar el proceso. También la poderosa patronal madrileña CEIM está en sintonía con Rosell, una vez que su candidato político (el ex presidente de Endesa Manuel Pizarro, apadrinado por Esperanza Aguirre) se cayera de la lista de presidenciables. Aunque es representante de las organizaciones territoriales, algunas patronales sectoriales no ven con malos ojos a Rosell.

El único del trío de vicepresidentes que repite como candidato es Herrero

El segundo de los candidatos es Santiago Herrero, que tiene unas características muy diferentes a las de Rosell. Sin apenas experiencia como gestor, es más bien un líder del estilo del histórico José María Cuevas, curtido en mil batallas dentro de la CEOE. Tiene detrás una organización muy influyente, e incluso cuenta con las simpatías de Confebask, pero su hándicap se llama Javier Arenas. El líder andaluz del PP no lo soporta y ha menoscabado cuantas veces ha podido su autoridad. En la CEOE hay quien dice que eso no importa, que la patronal es soberana, pero pocos creen que el principal partido de la oposición vaya a aceptar sin más a alguien que no es de su agrado. Herrero es, por lo demás, el único de los tres candidatos que sabe realmente de qué va esto: perdió frente a Díaz Ferrán en 2007 en la votación entre vicepresidentes que resolvió la sustitución de Cuevas.

El tercero de los aspirantes, y el más heterodoxo, es Jesús Banegas, patrón del sector de telecomunicaciones y destacado cabecilla en la conjura de los vicepresidentes que forzó la salida de Gerardo Díaz Ferrán. Representa la opción más despolitizada (a los dirigentes territoriales se les considera muy dependientes de las autoridades autonómicas), y otras organizaciones sectoriales lo ven con buenos ojos, pero hay quien duda de su capacidad de liderazgo para atraer los votos suficientes para ser el candidato de consenso. Además, su protagonismo en el acoso contra Díaz Ferrán puede haberle generado antipatías entre la vieja guardia de la organización.

Nadie como Joan Rosell (Barcelona, 1957) conoce los entresijos del empresariado catalán, un mundo en el que controla muchos hilos después de 15 años al frente de la patronal Foment del Treball,en la que acaba de ser reelegido como presidente a gran distancia de su rival, Joaquim Boixareu.

Una empresa italiana buscó a Rosell para abrise hueco en España

Ingeniero industrial de formación, Rosell tiene muy buenas relaciones con La Caixa, que participa en casi todas las grandes empresas que se mueven en Catalunya. No en vano es consejero del holding de participaciones industriales de la caja catalana, Criteria, desde septiembre de 2007, y de Gas Natural. Lo ha sido también en Agbar, además de Endesa o Siemens. Pero también se mueve cómodamente en empresas más pequeñas, acostumbrado como está a tener que hacer uso de sus contactos para tejer alianzas. Los explota bien y muchos lo saben. Por eso, en 2005, las familias Fradera y Romeu lo eligieron como presidente de su cementera, Uniland (ahora controlada por FCC), para que pacificara las rencillas entre las dos ramas.

No es la única vez que una empresa ha ido a buscar a Rosell ex profeso. De hecho, así se hizo con OMB, que en 2007 facturó 24 millones, la principal compañía que controla de las siete en las que figura como administrador o apoderado en el Registro Mercantil. El grupo italiano OMB International, especializado en modernos camiones automatizados de basura, prefirió dejar de apoyarse en la también catalana Ros Roca para comercializar sus equipos y confió en Rosell para hacerse un hueco en España.

Algunos bandos de la CEOE no lo ven como empresario y recelan de su poder

Desde que OMB le nombró presidente en 2000 siempre ha llevado las riendas de la empresa, aunque a través de un gerente de confianza 'que le hace el trabajo sucio', comentan fuentes sindicales que le conocen bien. En tres años, OMB ha recortado a la mitad su plantilla, hasta quedarse con una decena de empleados. 'Dijeron que había menos trabajo y los echaron con 45 días por año', según fuentes sindicales.

Pese a todo, los que le conocen como patrón dicen de él que 'es un caballero' y los sindicatos hablan bien de su labor. Tampoco tiene muchos trabajadores a su cargo, pese a sus otras siete empresas: las inmobiliarias Civilar (que gana dinero) y Rafranu, la alimentaria Ecoarome, la de contenedores OMB Urban, la de artículos de regalo Gilac Investment, la de instalaciones de protección de equipajes Gilac Industrial, y Girona Internationals (de apoyo a empresas).

Pese a todo, algunas organizaciones sectoriales (donde están las grandes empresas) no lo ven como un empresario. Además, recelan del poder que ha acumulado Foment en la CEOE y no quieren que se amplíe dándole la presidencia.

Al contrario que su antecesor al frente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Rafael Álvarez Colunga, que disfrutaba fardando de su riqueza, a Santiago Herrero no le gusta que se hable de su fortuna. Pero aún le sienta peor que se dude de su perfil de empresario. Tanto, que engorda la escasa 'actividad empresarial' de sus currículos incluyendo la sociedad patrimonial que aglutina los bienes familiares. En realidad, Herrero ha sido siempre un hombre del aparato empresarial. Como dice uno de sus viejos amigos: 'Tener participaciones en alguna empresa, o en una sicav, no es ser empresario'. O como añade otro: 'Hoy tiene sus inversiones, pero su carrera ha sido profesional'.

Preside una sicav que aglutina a las principales fortunas de Andalucía

Abogado de 63 años cumplidos, Herrero inició su carrera allá por 1974 en los sindicatos verticales del final de franquismo como secretario general del Consejo Provincial de Empresarios de Sevilla. Un cargo que mantuvo cuando en 1977 se transformó en la Confederación Empresarial Sevillana, y que seguía ocupando en 1980 cuando el entonces primer presidente de la CEOE, Carlos Ferrer Salat, le encargó crear la CEA. Como él mismo presume: 'La CEA era entonces Santiago Herrero con una carpeta bajo el brazo y un bolígrafo para tomar notas'. Pero aún tuvo que esperar hasta 2008 para conseguir el sillón de la presidencia de la CEA que tanto ambicionaba. Tras 36 años en la cúpula de las organizaciones empresariales andaluzas, Herrero no ha desaprovechado las oportunidades de inversión que pasaron por su despacho, como la explotación de aparcamientos subterráneos en Sevilla, y hoy preside Cartera Andaluza, una sicav que aglutina en torno a la CEA a las principales fortunas empresariales de la región. Pero sus principales inversiones empresariales giran en torno al grupo Lamaignere, el negocio consignatario y aduanero de su hermano Francisco.

Se ha rodeado de una impenetrable estructura de estricta confianza 

'Es un hombre muy personalista, que reparte poco juego, con mucho amor propio, muy absorbente, de tener en su mano las riendas de todo', dice uno de sus colaboradores, mientras que otro lo explica con una pregunta: '¿Ha visto alguien a un secretario general que destaque en la CEA? Pues no... Él lo fue muchos años y sigue pensando que es el secretario general, el presidente y lo que haga falta'.

Para reforzar su poder, Herrero se ha rodeado de una impenetrable estructura de estricta confianza. A su hermano lo colocó en la presidencia de la Cámara de Comercio de Sevilla, y puso de vicepresidente de la CEA a su viejo amigo Federico Muela. El hermano de este, Nicolás, alias Nico, ex jefe de relaciones públicas de El Corte Inglés en Andalucía, se encarga de sus relaciones institucionales y con la prensa. Y Baltasar Fernández Ávila, el marido de Charo Muela, hermana de ambos, controla las empresas de formación que trabajan para la CEA.  

'Jesús no tiene los apoyos suficientes'. La frase, referida al presidente de la patronal de las telecomunicaciones (AETIC), Jesús Banegas, se deja sonar como un mantra por algunas de las grandes agrupaciones territoriales de la CEOE. ¿Opinión sincera? Puede ser. Hay una fuerte corriente en la patronal que intenta consensuar un candidato y descarta al que no ven fuerte.

Pero en una organización como la CEOE, que va a celebrar el primer proceso democrático de su historia y donde más de 800 vocales están llamados a las urnas en un voto tan individual como secreto, también puede ser la frase perfecta para intentar minar las claras intenciones de Banegas de proclamarse candidato. Porque si hay un talón de Aquiles que Banegas ha enseñado a sus adversarios es 'su ego', reconocen algunos de sus allegados.

Ha fundado una veintena de empresas con suerte diversa

Fuera del cerco autonómico, la gran mayoría de los consultados reconoce el carácter técnico de Banegas, su perfil adecuado para desligar a la CEOE de los vínculos políticos que traen consigo los candidatos de las territoriales, sus idiomas y hasta su planta. Pero su personalismo y las dudas sembradas, quizás intencionadamente, sobre su falta de experiencia en gestionar una gran organización -AETIC es una patronal pequeña aunque incluya a compañías gigantes como Telefónica- pueden pasarle factura.
Banegas es empresario, como buscan algunas grandes agrupaciones de la CEOE. Iniciativa no le ha faltado. Sin embargo, su suerte ha sido diversa. Hoy es presidente y consejero de Internet Protocol Sistemas, empresa que fundó pero que fue adquirida por Indra. Con una plantilla de un centenar de personas, una facturación de 15 millones de euros y un beneficio de 350.000 euros, es la firma de mayor tamaño en cuya gestión participa.

La principal actividad de sus negocios ha sido tecnológica

Compagina esta actividad con la de sus empresas Fonemas de Telecomunicaciones y Parbayca (propietaria de la primera), con una plantilla fija de dos personas, aunque subcontrate los servicios de otra veintena, un beneficio de 35.000 y 7.000 euros respectivamente y alguna salvedad de los auditores que consideran que hay deudas antiguas que debían sanearse por la improbabilidad de su cobro pero que los gestores creen que pueden recuperar.

Aunque la tecnología es la piedra angular de la veintena de empresas que ha fundado tras ser máximo responsable de Telefónica Sistemas, logrando grandes alianzas como la de Motorola con Amper para fundar Telcel en los noventa, no dudó en embarcarse en proyectos variopintos como Torifin, organizadora de corridas taurinas hasta que el dinero se acabó.

Una anécdota: Compró Tramontana 72 para liquidarla (ya no tenía actividad) por ser la empresa propietaria de la parcela donde quería construir su casa.

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