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Tres policías muertos en Kenia en la víspera de las elecciones presidenciales y legislativas

EFE

Tres policías muertos, acusaciones de fraude e incertidumbre por los resultados marcan la víspera de las elecciones presidenciales y legislativas más disputadas en la historia de Kenia.

Los policías murieron hoy en Kisumu y las autoridades acusaron del hecho a seguidores del dirigente opositor Raila Odinga.

Kisumu, a 500 kilómetros al noroeste de Nairobi, es la tercera ciudad más importante de Kenia y un bastión del Movimiento Democrático Naranja (ODM), liderado por Odinga.

La muerte de los agentes se produce en medio de críticas de Odinga y sus seguidores lanzadas al Gobierno por utilizar supuestamente a la policía en beneficio de los candidatos gubernamentales.

Nadie se atreve a pronosticar cuál será el resultado de las elecciones generales de mañana, en las que más de catorce millones de kenianos están llamados a depositar sus sufragios en los comicios más ajustados de la historia del país.

Serán elegidos un nuevo presidente y los 210 diputados del Parlamento.

Las últimas encuestas sitúan a Odinga como favorito. El líder del (ODM) empezó y ha acabado la campaña en cabeza de los sondeos y cuenta con menos de dos puntos de ventaja sobre el presidente del país y jefe del Partido de Unidad Nacional (PNU), Mwai Kibaki.

Ayer, el presidente Kibaki se limitó a negar las acusaciones de su rival sobre la posible manipulación de las papeletas con la ayuda de la policía. "Se trata de acusaciones descabelladas y sin fundamento", dijo el gobernante.

Odinga contraatacó hoy e insistió en que "la policía está dispuesta a modificar las papeletas que tiene el deber de custodiar".

La Comisión Electoral de Kenia (ECK), sin embargo, asegura que no tiene conocimiento de ningún caso fraudulento.

Según los sondeos iniciales, más del 90 por ciento de la población con derecho a voto ya ha decidido a quién votará. Las respuestas a las preguntas de los periodistas son más deseos que análisis políticos.

"Odinga va a ganar, es el candidato del pueblo, el único honesto", grita desde una acera de Nairobi Mary, mujer madura ataviada con una camiseta del ODM.

"Kibaki es nuestro hombre, el único capaz de gobernar y conducir este país hacia la prosperidad", responde Ben desde su taxi.

Por el momento, en Nairobi no se han registrado incidentes violentos más allá de unas pocas peleas sin consecuencias graves a la salida de algún bar.

Las calles de la ciudad registran muy poco tráfico y las autoridades tampoco han considerado necesario desplegar fuertes medidas de seguridad.

Se espera que haya un enorme dispositivo policial en todas las localidades del país a partir de las 6.00 del jueves (03.00 GMT), hora de apertura de los colegios.

Todos los partidos políticos temen que se produzcan brotes de violencia por parte de seguidores de uno u otro bando.

La policía ha prometido mano dura contra los violentos y los candidatos han exigido que se respeten los derechos cívicos de los votantes.

Los comicios contarán con más de 20.000 observadores locales y extranjeros, de ellos 150 de la Unión Europea, en una iniciativa fomentada por el Gobierno para ilustrar la transparencia de unas elecciones que la oposición ha tildado de amañada de antemano.

Todas las miradas estarán puestas en Langata, la circunscripción por la que se presenta Odinga al Parlamento, porque es ahí donde se juega su futuro.

En Langata, los medios de comunicación están divididos en cuanto a los resultados. Los análisis apuntan a una derrota del aspirante del ODM a manos de su rival del PNU, Stanley Livondo.

Ese distrito está dominado por la etnia de los kikuyus, a la que pertenece el presidente Kibaki. Odinga es luo y, además de la mayoría en la elección presidencial, necesita ser elegido diputado para aspirar a ser jefe de Estado.

También es preciso obtener el veinticinco por ciento de los votos en cinco de las ocho regiones del país.

La prensa del país teme que se produzca un estallido de violencia en caso de derrota de Odinga, especialmente en la barriada de Kibera, una de las más pobres de África, en pleno corazón de Langata.

Es allí donde la policía ha decidido tener una importante presencia para evitar enfrentamientos.

Los colegios cerrarán oficialmente a las 18.00 hora local (15.00 GMT), aunque se prevé que permanezcan abiertos por lo menos tres horas más debido a las previsibles colas de votantes.

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