Este artículo se publicó hace 15 años.
Tripulación del Alakrana: "Nos trataron como si fuéramos perros"
El juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz tomó declaración el martes a los ocho marineros vascos que integraban la tripulación del atunero "Alakrana", secuestrado durante semanas por piratas somalíes, donde contaron que les trataron "como a perros".
El magistrado interrogó durante tres horas en el juzgado de Guernica a cada uno de los tripulantes sobre el momento en que se produjo el abordaje de los piratas somalíes en aguas del Índico el pasado 2 de octubre, por cómo transcurrieron los 47 días de secuestro y en torno al momento de la liberación.
Tras declarar, algunos de los marineros atendieron a los medios de comunicación presentes en la salida del juzgado, aunque otros, muy afectados por el cautiverio, evitaron a los periodistas.
El jefe de máquinas del atunero vasco, Víctor Bilbao, declaró que los piratas les habían tratado "como si fuéramos perros"
"Ellos son animales y nos han tratado peor. Pegar, a mí no me han pegado, pero agarrarme como si fuera un niño y vejarme, sí. Me traían piezas para arreglar, me trajeron un fuera borda para arreglarlo y yo arreglándolo y encañonado, como si fuéramos perros", dijo.
Pedraz se trasladará también a Galicia para interrogar a los otros ocho marineros españoles como parte de la investigación de la trama "jurídico financiera" que llevó a la liberación del "Alakrana" tras la petición de la Fiscalía.
Según los piratas, la liberación se produjo tras acordarse un rescate de 3,5 millones de dólares (unos 2,3 millones de euros). El Gobierno no ha querido pronunciarse sobre el hipotético pago y sostiene que ha trabajado dentro de la legalidad, aunque ha declarado que cooperó con el armador de la embarcación.
Según su relato, llegaron a pasar "hasta 48 horas sin comer", debían pedir permiso para ir al baño, y el peor momento lo vivieron cuando el Gobierno español anunció la detención de los dos piratas sin especificar claramente sobre su estado de salud.
"Pero no dijo (El Gobierno) que uno estaba leve y otro estaba bien. Dijo: 'hemos cogido a dos piratas'. Se pensaban que estaban muertos y decían: 'si esos vienen muertos, vosotros vais muertos, si ellos vienen con un pie cortado, vosotros vais con un pie cortado'. El peor momento fue ese", contó.
Bilbao pidió también que el Gobierno cumpla el acuerdo alcanzado con los secuestradores.
"Porque si no, el próximo pesquero español que apresen, que se prepare", sostuvo.
Los presuntos piratas Cabdullahi Cabduwilly y Rageggesy Hassan Aji fueron detenidos por la fragata española Canarias poco después del secuestro del "Alakrana" y ambos están en prisión provisional bajo la jurisdicción de la Audiencia Nacional procesados por 36 delitos de detención ilegal, un robo con violencia en las personas y uso de armas.
Sobre el momento de la liberación, los secuestrados dijeron que apenas se enteraron porque se encontraban confinados y su relato se limitó a señalar que vieron "el helicóptero encima del barco y a los soldados que venían en las lanchas nada más".
PETICIÓN URGENTE
Por otro lado, los marineros vascos hicieron una petición especial de apoyo urgente para con los tripulantes de otro buque secuestrado en aguas del Índico. Es el caso del Ariana, un barco griego de bandera maltesa que lleva capturado más de seis meses y cuyo armador se niega a pagar el rescate.
Según el dramático y emocionado relato de Bilbao, que también fue trasmitido al juez Pedraz, entre los 24 tripulantes ucranianos del Ariana se encuentran dos mujeres, un bebé de cuatro meses nacido en el barco y una niña de 11 años que según los tripulantes ha sido violada por un niño pirata.
"El niño pirata tenía dos pistolas con las que nos intimidaba, y el niño ese ha violado a la niña de once años del Ariana, a la ucraniana", relató el jefe de máquinas del Alakrana.
Los tripulantes del atunero vasco coincidieron con el buque Ariana el pasado 14 de octubre, tras una petición de combustible.
"Es un verdadero drama. Nosotros dijimos vamos a darle gasoil, pero poco para no quedarnos nosotros sin gasoil, pero cuando vimos el cuadro que había allí, pues dijimos vamos a darle lo que sea. Yo estuve hablando con el maquinista y no podía ni hablar", contó Bilbao.
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