Este artículo se publicó hace 14 años.
Las tropas de EEUU y de Brasil distribuyen ayuda en Haití
Soldados estadounidenses y cascos azules brasileños entregaron el domingo agua y comida en una de las mayores barriadas de Haití, en medio de críticas porque la ayuda no está llegando a las víctimas del terremoto lo suficientemente rápido.
La Organización Panamericana de la Salud dijo que no había hasta el momento signos de un temido brote de enfermedad contagiosa entre los supervivientes, que acampaban en condiciones insalubres en unos 300 campamentos temporales repartidos en la destrozada capital de Haití, Puerto Príncipe.
Sin embargo, algunos protestan porque creen que a pesar de la enorme campaña internacional no están recibiendo la ayuda necesaria.
En el barrio de Cité Soleil, asolado por las bandas, los efectivos del Ejército de Estados Unidos formaron un corredor junto a las casas de cemento, y cientos de haitianos hacían cola para recibir paquetes con comida, agua y galletas.
El barrio ha sido uno de los puntos centrales de la violencia, pero no hubo noticias de incidentes durante la distribución.
Los traductores de creole daban instrucciones mediante altavoces mientras también se entregaban paquetes de arroz, porotos, harina de maíz y yeso.
"La ayuda que tenemos disponible (...) está saliendo", dijo el teniente general Ken Keen, al mando de la operación militar estadounidense en Haití.
"Cada día es mejor que el anterior. Mañana será mejor que hoy", añadió.
Una réplica de magnitud 4,7 agitó los nervios en la capital el domingo en la noche, pero no hubo información inmediata de nuevos daños. Haití ha sido afectada por varios terremotos desde el gran terremoto del 12 de enero.
En Venezuela, donde la cobertura televisiva del terremoto de Haití se ha centrado casi exclusivamente en la presencia militar estadounidense, el presidente Hugo Chávez dijo que el plan de ayuda se ha quedado corto y criticó al presidente de Estados Unidos, Barack Obama.
"Obama manda vacunas chico, manda vacunas", dijo Chávez, un enemigo ideológico y frecuente crítico de Washington. "Que cada soldado de esos que tu mandas para allá lleve en el equipo de campaña en vez de granadas de mano y ametralladoras y munición", agregó.
LUCHAR PARA COMER
Ante las críticas a la distribución, el jefe de la Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional, Rajiv Shah, dijo que su organización está haciendo todo lo posible en unas condiciones muy difíciles.
"Nunca vamos a atender las necesidades tan rápidamente como nos gustaría", declaró a Reuters. "Vamos a estar aquí dando asistencia durante mucho tiempo", agregó.
Los supervivientes en un gran campamento de la sección de Delmas en la capital dijeron que el arroz y el aceite para cocinar no eran suficientes para cubrir sus necesidades.
"Si no puedes luchar, no consigues nada", dijo Darling, una chica de 19 años.
Las autoridades haitianas calculan que hasta 200.000 personas pueden haber muerto a causa del temblor de magnitud 7,0.
Hasta otros tres millones han resultado heridos o perdieron sus hogares, con lo que tienen una necesidad desesperada de atención médica, agua y comida en el país más pobre del hemisferio occidental.
Aunque la ONU anunció el sábado que el Gobierno había dado por finalizada la fase de búsqueda y rescate, bomberos de varios países lograron rescatar a un hombre de 24 años que seguía vivo bajo los escombros de un hotel hundido, 11 días después del poderoso terremoto que destrozó la capital haitiana.
Es el último de las más de 130 personas que han sido sacadas con vida de entre los escombros por equipos de todo el mundo.
Aún habían cuerpos visibles en medio de los escombros, incluyendo los de dos hombres y dos mujeres parcialmente enterrados en la dañada catedral nacional.
"Mommy WoWo", quién duerme en las cercanía, dijo que eran miembros del coro que habían estado ensayando y trataron de huir cuando la catedral colapsó.
NECESIDAD DE CARPAS
Además de los retos logísticos, hay una gran preocupación por la seguridad de las operaciones de distribución de alimentos, tras los saqueos generalizados en Puerto Príncipe en los primeros días tras el temblor.
El sábado, en un campamento en la capital, la gente desesperada arrebataba los sacos de arroz descargados de un camión, incluso delante de los cascos azules y de los soldados estadounidenses.
El caos alarmó a los cooperantes de Plan International, que cesaron el reparto hasta que se pudo controlar a la multitud mediante varios disparos al aire de los guardias.
Los responsables del Programa Mundial de Alimentos calculan que ha llegado algo de ayuda a más de dos tercios de los supervivientes.
La Organización Internacional de Migración dijo que hay una necesidad urgente de carpas para trasladar a las personas desde los campamentos improvisados y hacia ciudades de carpas organizadas una vez que puedan proveerse medidas sanitarias y seguridad.
El grupo tiene 10.000 carpas familiares en su bodega en Puerto Príncipe, pero necesita 10 veces esa cantidad, indicó.
Un albergue más sólido se requerirá antes del inicio de la temporada de lluvias en Haití en mayo y la temporada de huracanes comience en junio.
"Los asentamientos temporales de carpas proveerán un ambiente limpio y seguro para los desplazados, pero son una solución a corto plazo. Los asentamientos de carpas no son sostenibles", dijo Vincent Houver, el jefe de la misión del grupo en Haití.
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