Público
Público

El tubular de microfibras que conquistó el mundo

Los productos de Original Buff se venden en 50 países diferentes ylas exportaciones suponen ya el 80% de la facturación

EDUARDO LÓPEZ-JAMAR

El sueño de todo experto en mercadotecnia es alcanzar algo reservado sólo a algunas compañías afortunadas: que el nombre de su marca designe al producto genérico. Esto sucede, en España, con el pan bimbo, la aspirina o los clínex, por citar sólo unos ejemplos. Una pequeña empresa de Igualada (Barcelona) lo ha logrado con su producto estrella: el buff.

Pero, ¿qué es un buff? Nadie mejor que Joan Rojas, su creador, para explicarlo: 'Es una prenda multifuncional, innovadora, útil, cómoda y divertida capaz de proteger del frío, del viento o del sol'.

Rojas, además de regentar una pequeña empresa textil, dedicada desde 1927 a la fabricación de puños y cuellos de ropa deportiva, era un enamorado de las motocicletas. Las prendas tipo braga militar que usaba bajo el casco, en los días más fríos del año, no resultaban adecuadas. 'Picaban y eran bastante feas', cuenta.

Así que, de regreso a la fábrica familiar, después de pasar unos días por el norte de España a lomos de su moto, Rojas se puso a hacer dibujos y pruebas con diferentes tejidos. Corría el año 1991, y el tubular de microfibra y sin costuras nacía para el mundo.

El boca a boca fue crucial en los orígenes de la empresa. 'Inicialmente repartía los prototipos entre mis amigos. Poco a poco me iban pidiendo diferentes colores y diseños y, a la vez, empecé a repartir los tubulares a monitores de esquí, que hacían de prescriptores sin quererlo, cuando sus alumnos les preguntaban de dónde habían sacado esa prenda', recuerda el creador del buff.

El éxito del producto, que puede usarse como bufanda, gorro, diadema, muñequera o pasamontañas, ha corrido paralelo al aumento de ventas. Si en 2002, la facturación de Original Buff ascendía hasta los 8 millones de euros, el pasado ejercicio se doblaba hasta los 16 millones y, según la compañía, actualmente se pueden adquirir sus productos en más de 50 países. De hecho, el 80% de sus ingresos proviene de las exportaciones. En su planta de Igualada, de más de 8.000 metros cuadrados de superficie, los cerca de 50 trabajadores de Original Buff desarrollan nuevas líneas de productos para la práctica de deporte al más alto nivel, diseños y tejidos, incorporando las fibras textiles más avanzadas del mercado.

La línea Cyclone, por ejemplo, diseñada para deportes de invierno, incorpora una membrana cortavientos Wind-stopper (de la firma norteamericana Gore) que impide que el viento atraviese el tejido, al mismo tiempo que facilita una transpiración adecuada. Para evitar que la prenda adquiera malos olores, cuenta con la tecnología Polygiene, diseñada por una empresa sueca, y que consiste en la aplicación de iones de plata sobre el tejido, lo que le confiere un efecto antibacteriano.

Pese al indudable avance de las microfibras, el material con el que ha sido confeccionada una de las novedades de Original Buff no tiene nada de tecnológico: es pura lana merino. Con él, la compañía de Joan Rojas intentará que el próximo invierno no se escuche la expresión que dio lugar al nacimiento del nombre de la marca: '¡Buff, qué frío!'.

 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?

Más noticias