El turismo rural ha crecido en los tres últimos años a un ritmo de 15 por ciento anual, algo que contrasta con el estancamiento del crecimiento de la oferta hotelera convencional española.

El turismo rural es un sector económico joven, puesto que hace tan sólo ocho años que se generaliza, pese a que las primeras experiencias datan de mediados de los años 90 en Asturias.

Sin embargo, los expertos consideran que este dinamismo se mantendrá en los próximos años y que el número de alojamientos seguirá creciendo.

En los últimos cinco años, la oferta de turismo rural en España casi se ha duplicado al pasar de 5.836 alojamientos en el mes de noviembre de 2001 a 11.715 establecimientos registrados el pasado mes de noviembre (último dato disponible del Instituto Nacional de Estadística).

Según expertos, como el propietario del principal portal de turismo rural, TopRural, François Derbaix, el número de alojamientos de turismo rural en España puede ascender a 20.000 en los próximos años.

Para Derbaix, este sector, que factura anualmente unos 2.000 millones de euros, aún tiene mucho camino por delante para conseguir llegar al número de establecimientos que existen en países con un sector muy maduro como Francia, que tiene 80.000 alojamientos.

Sin embargo hay cierta reticencia hacia este crecimiento por parte de los propietarios de alojamientos de turismo rural, que consideran que ya se ha tocado techo y que la rentabilidad del negocio está bajando.

Según comenta el presidente de la Asociación Española de Turismo Rural, Javier Herrera, la ocupación media anual apenas alcanza el 20 por ciento de las plazas, lo que, en su opinión, se debe a un crecimiento de la oferta por encima del número de visitantes.

No obstante, al igual que el número de alojamientos en los últimos cinco años, también se ha duplicado el número de viajeros, al pasar de 1,2 millones de personas en 2001 a los 2,4 millones de personas, según la encuesta del INE.

El problema, según los propietarios de turismo rural, es la oferta de establecimientos de turismo rural ilegales, es decir, aquellas personas que alquilan sus casas en el medio rural sin tener licencia.

Este tipo de ofertas pueden ser también el doble de las legales, dependiendo de la Comunidad Autónoma y de la época del año.

Por este motivo han pedido durante años una apuesta clara por la calidad de los establecimientos y por modelos de identificación de la misma fáciles y homogéneos en todo el territorio.

Ante la dificultad de la puesta en marcha de una normativa nacional en este sentido, los miembros de Asetur han puesto en marcha la identificación de los establecimientos con una calificación de una a cinco espigas.

Durante el año pasado se comenzó el proyecto de forma piloto y durante este año se espera extender a unos 4.500 establecimientos de turismo rural en España.

Esta iniciativa y otras fórmulas de activar el turismo rural, como su vinculación a actividades de turismo activo o a rutas culturales, se irán presentando durante la celebración de la Feria Internacional del Turismo (Fitur) en Madrid, que se celebra desde hoy hasta el próximo 3 de febrero.

Entre los más implicados en este fomento se encuentran el Ministerio de Agricultura, que presentará mañana la ruta del jamón, y diversas organizaciones de desarrollo rural, como la de Almanzora en Almería, que se reunirá durante la feria con otros grupos de desarrollo de Cantabria y Navarra para intercambiar experiencias.

El turismo rural ha sido también visto como una oportunidad de diversificación por los propios destinos de sol y playa, y por este motivo, este año en Fitur la Costa del Sol promocionará también el Valle del Guadalhorce en el interior de Málaga.