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Tymoshenko niega la derrota y lleva a Ucrania a la confusión

Reuters

La primera ministra ucraniana, Yulia Tymoshenko, se negó el jueves a reconocer la derrota ante su rival Viktor Yanukovich en las elecciones presidenciales, llevando a Ucrania a una confusión política que amenaza sus posibilidades de un rápido retorno a la estabilidad.

Sin dar muestras de ceder terreno y tras un silencio de tres días, Tymoshenko realizó su primera aparición pública, en la que atacó a Yanukovich y a su Partido de las Regiones diciendo que sus promesas sociales de gasto son simplemente "relaciones públicas preelectorales".

Minutos después de que Tymoshenko apareciera en una reunión de gabinete con su tradicional trenza, su cercano asesor Oleksander Turchynov dijo a periodistas que "el Gobierno no planea dimitir voluntariamente".

"No veo ninguna base para ello", agregó.

Su desafiante postura abre la perspectiva de un prolongado estancamiento entre ambos rivales, los cuales se enfrentaron en una amarga campaña de difamación e insultos que acabaron en la segunda vuelta del 7 de febrero, en la que Yanukovich ganó con una ventaja de 3,48 puntos porcentuales.

Ahora los seguidores de Yanukovich podrían intentar obligar a la primera ministra a dimitir a través de una moción de censura en el Parlamento. Pero Tymoshenko permanecería en el cargo hasta que se formase una nueva coalición parlamentaria, un lento proceso de negociaciones.

Con el recuento de todos los votos en una elección calificada por observadores internacionales como limpia, los Gobiernos occidentales comenzaron a felicitar al ganador, aumentando la presión sobre Tymoshenko.

El presidente francés Nicolas Sarkozy alabó la victoria de Yanukovich y la calificó de una "victoria para la democracia ucraniana". El Kremlin dijo que el presidente Dmitry Medvedev felicitó a Yanukovich y espera que mejoren los lazos entre ambas naciones tras la partida de Yushchenko.

La confrontación política amenaza con negar al país de 46 millones de habitantes un retorno a la estabilidad, lo que alejaría a los inversores. También podría retrasar la reanudación de un préstamo del Fondo Monetario Internacional con un plan de rescate de 16.400 millones de dólares (unos 11.900 millones de euros).

El programa era crucial para las finanzas del Estado del año pasado, pero fue suspendido debido a un incumplimiento de las promesas ucranianas de contención fiscal.

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