Este artículo se publicó hace 15 años.
UBS prohíbe a sus gestores de fortunas viajar al extranjero
El mayor banco suizo realiza un control global de las reglas de conducta en las actividades internacionales de gestión de fortunas
El banco UBS, el más grande de Suiza y que se enfrenta a una severa crisis, ha prohibido a sus administradores de fortunas que viajen al extranjero, una orden que está en pie desde el pasado miércoles y que afecta a un millar de empleados del establecimiento.
Así lo revela en su edición de hoy el diario SonntagsBlick, que afirma que los consejeros de clientes afortunados no pueden ocuparse de ellos más que por teléfono o por correo electrónico.
En caso de que un cliente desee una entrevista personal con el administrador a cargo de su patrimonio, es el primero quien debe viajar hasta Suiza.
"Los viajes de negocios han cesado en las actividades transfronterizas de gestión de fortunas""Los viajes de negocios destinados a encuentros con clientes han cesado en las actividades transfronterizas de gestión de fortunas", confirmó por su parte la portavoz de UBS, Eveline Müller, a la agencia de noticias suiza ATS.
Agregó que el banco está realizando un control global de las reglas de conducta en las actividades internacionales de gestión de fortunas y que esto puede tardar meses. Mientras tanto, la prohibición de viajes permanecerá en vigor, indicó.
Esta revisión profunda fue impuesta por la Autoridad de Vigilancia de los Mercados Financieros (FINMA), que ha ordenado a los bancos en general mantenerse alertas ante los riesgos jurídicos y de reputación por una eventual conducta inapropiada de sus colaboradores.
UBS admitió que esta medida complica el trabajo con sus clientes.
El responsable de gestión de fortunas de la filial de UBS en Estados Unidos, Martin Liechti, fue detenido hace menos de un año en el aeropuerto de Miami (EEUU), como consecuencia de una investigación de las autoridades de ese país sobre las actividades de la entidad.
Como resultado de las pesquisas, la Justicia estadounidense afirmó que empleados del banco ayudaron a ciudadanos de EEUU a defraudar al fisco, lo que condujo a un proceso que se cerró con el pago de una multa de 700 millones de dólares y el levantamiento del secreto bancario de 300 clientes sobre quienes pesaban fuertes indicios de delito.
Sin embargo, EEUU ha solicitado al banco que entregue datos financieros de muchos más clientes, a lo que este último se ha negado hasta ahora.
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