Este artículo se publicó hace 15 años.
La UE sigue sin convencer al Reino Unido para ceder poderes en la supervisión financiera
La puesta en marcha de un nuevo sistema de supervisión financiera en la UE sigue sin contar el apoyo del Reino Unido, que no se decide a ceder las tareas de vigilancia de ese sector a nuevos organismos supranacionales.
Los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) discutieron hoy en su reunión mensual las propuestas de la Comisión Europea para reformar el modelo de supervisión comunitario y, aunque quedó claro el apoyo mayoritario a las ideas de Bruselas, también se constató que sigue habiendo varias cuestiones sin resolver.
Entre otras novedades, la propuesta plantea crear un Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos, apoyado en la estructura del Banco Central Europeo (BCE) y encargado de vigilar la estabilidad del sistema financiero en su conjunto y de emitir alertas y recomendaciones -no vinculantes- si detecta amenazas.
El otro eje sería el Sistema europeo de supervisores, formado por tres nuevas autoridades, responsables del sector bancario, asegurador y bursátil a nivel europeo, que no se encargarían, sin embargo, de la vigilancia diaria de las entidades -esa responsabilidad seguiría en manos de las autoridades nacionales-.
El Reino Unido ha mantenido, desde que comenzó este debate, una postura muy reticente y hoy, en la reunión con sus colegas, el ministro británico, Alistair Darling, volvió a dejar claras sus reservas.
Londres duda, en primer lugar, de la idoneidad de dotar a las nuevas autoridades de supervisión de capacidad decisoria cuando medien en caso de disputa entre supervisores nacionales.
Según fuentes comunitarias, Darling alertó en la reunión del impacto que ese tipo de decisiones podría tener en el ámbito presupuestario -en caso de tener que hacer frente a quiebras de entidades- y consideró que hace falta seguir discutiendo ese punto.
Los británicos también se resisten a la vinculación directa del Consejo Europeo de Riesgos Sistémicos con el BCE -en principio, el presidente del BCE sería presidente del Consejo, aunque para despejar las reticencias de Reino Unido se contempla también que el puesto lo ocupe el gobernador de un banco central de fuera del euro-.
El ministro checo de Finanzas, Eduard Janota, cuyo país ocupa este semestre la presidencia de la UE, admitió en rueda de prensa que sigue habiendo diferencias, pero insistió en que "no estamos lejos del consenso".
Janota explicó que las cuestiones pendientes tendrán que resolverse al máximo nivel, en la cumbre que reunirá a los jefes de Estado y de Gobierno de la UE en Bruselas los próximos días 18 y 19.
El ambicioso objetivo de la Comisión es que el nuevo modelo esté en vigor ya en 2010 y, para ello planea, una vez obtenido el visto bueno de los líderes de los Veintisiete, comenzar a diseñar las propuestas legislativas concretas en otoño.
En el encuentro de hoy, los ministros de Finanzas también debatieron la efectividad de los planes de estímulo económico puestos en marcha para luchar contra la crisis.
"Creemos que han sido efectivos y que no son necesarios nuevos estímulos", resaltó Janota.
Por parte española, la vicepresidenta segunda del Gobierno, Elena Salgado, destacó que, según los cálculos de la Comisión, los Veintisiete llevan invertido alrededor del 5% del PIB comunitario en medidas contra la crisis, aunque ese porcentaje es ligeramente inferior al 2% si se excluye el aumento automático del gasto derivado de la caída de la actividad.
Analizaron, asimismo, el resultado de los planes de apoyo al sector financiero, a los que los países han dedicado hasta ahora 1,48 billones de euros -en forma de inyecciones de capital, garantías, compra de activos "tóxicos", liquidez-.
Ese es el dinero que los países han hecho efectivo, pero el importe máximo de todas las medidas aprobadas es más del doble, ya que asciende a 3,72 billones de euros.
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