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La última oportunidad de la selección vasca

El fútbol base se rebela ante el plante de los jugadores de la Real. La Federación espera que los futbolistas rectifiquen y pueda haber partido

GUILLERMO MALAINA

La selección vasca de fútbol no jugará, por segundo año consecutivo, su tradicional partido en Navidad, salvo que la revuelta de los pequeños clubes de Álava y Vizcaya obre un verdadero milagro y fuerce un acuerdo in extremis entre la Federación Vasca, los jugadores del Athletic y, especialmente, el núcleo duro de jugadores de la Real.

Si en 2008 el encuentro se suspendió por la negativa de todos los futbolistas vascos a jugar con el nombre de Euskadi exigían hacerlo como Euskal Herria, esta vez el lío está montado por un plante de los jugadores vascos de la Real. En público rehúsan hablar, pero en sus contactos con la Federación Vasca se han negado a jugar el partido, que estaba ya anunciado para el 22 de diciembre, porque creen que se ha convertido en una fiesta navideña con un significado folclórico y que, además, el ente federativo no da pasos para lograr la oficialidad del combinado vasco en competiciones internacionales, es decir, que juegue al mismo nivel que España u otras selecciones.

En el vestuario donostiarra conviven jugadores de cinco países España, Francia, Chile, Colombia y Uruguay, pero hay un bloque de futbolistas de la casa con un fuerte arraigo abertzale, encabezado por Aranburu, Labaka, Agirretxe, Ansotegi y Mikel González. Como dijo en su nombre el vicepresidente realista, Mikel Ubarretxena, en un plató de TV, no quieren jugar 'pachangas, ni encuentros que parecen de solteros contra casados'.

La Federación Vasca anunció oficialmente la suspensión del partido el pasado viernes, pero no está todo dicho. Los clubes pequeños de Euskadi se han rebelado y conjurado para intentar convencer a los jugadores de la Real para que se vistan la verde. Es la revuelta de los pequeños, de la base, contra sus ídolos, los profesionales. En Vizcaya, 140 de 156 clubes se han adherido ya a la protesta. Iñaki Gómez, presidente de la Federación vizcaína, dijo ayer que esperaba que los jugadores 'reconsideren su decisión'. En Álava, el apoyo al choque es prácticamente del 100% de los 45 equipos de base. Pedro Solaun, presidente de la Federación alavesa, señaló que 'lo que queremos todos es que el partido se juegue'. Y en Guipúzcoa, los equipos se iban a reunir a última hora de ayer. Patxi Gabilondo, secretario de esta federación, adelantó que irán en la línea de Vizcaya y Álava.

Lo peor de todo es que la bronca entre Federación y jugadores corre el riesgo de enquistarse. Después de la polémica de 2008, la Federación Vasca inició los contactos este año con la plantilla del Athletic. El asunto parecía encarrilado con un pacto sobre el nombre del combinado: se llamaría Euskal Selekzioa (selección vasca). Además, el ente federativo se comprometía a reivindicar su oficialidad y seguir llamando a jugadores de los territorios que configuran, cultural y sociológicamente, Euskal Herria: Euskadi, Navarra y País Vasco francés. A los futbolistas de la Real les pareció insuficiente. Y si ellos no juegan, los del Athletic tampoco.

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