Los ultracatólicos tildan de "censura" reprobar al Papa

Los principales grupos y movimientos ultracatólicos (Camino Neocatecumenal, Regnum Christi, Schoenstatt, Comunión y Liberación, Asociación Católica de Propagandistas, Concapa o el Foro de la Familia) presentaron ayer en Madrid un "comunicado de apoyo a Benedicto XVI", en el que critican con dureza la iniciativa admitida a trámite en el Congreso para reprobar al Papa por sus declaraciones contra el preservativo en África.

En el texto, los firmantes tildaron la propuesta parlamentaria de "nuevo ataque de los sectores más radicales de la política española contra la Iglesia". Una "ofensiva laicista" que supone, según ellos, "un esfuerzo más por excluir la religión y la moral de la vida pública".

Para estos sectores, la iniciativa de ICV "expresa una absoluta intromisión en el ejercicio de la libertad de expresión de quien es un jefe de Estado, con el que España mantiene normales relaciones diplomáticas", además de "un negligente ejercicio de la soberanía". Y fueron más allá: "Nos encontramos ante un intento de censura ideológica". Por eso, los grupos que apoyan el manifiesto auguran "un grave inicio del deterioro de los fundamentos de la democracia y del ejercicio de las libertades públicas" si se censura al Papa.

En ese sentido, consideran que el texto que se discutirá en el Congreso, posiblemente a finales de este mes, "va a servir de nuevo para las intenciones claramente intimidatorias de algunos grupos políticos y sociales en orden a disuadir al Papa de expresarse sobre algunos temas, cuya relevancia moral es obvia, y de enseñar la doctrina de la Iglesia".

Los autoproclamados "representantes del catolicismo social español", en palabras de Alfredo Dagnino (presidente de la Fundación San Pablo-CEU), no están dispuestos "a que se desarrolle una campaña de deslegitimación de ministerio de Pedro, de quien nos preside en la caridad, y de la doctrina social de la Iglesia".

"Es nuestro derecho y lo vamos a ejercer con todos los medios l a nuestro alcance", concluyeron. Y no descartaron movilizaciones sociales.