Este artículo se publicó hace 15 años.
La UNCTAD cree que falta mucho para la primavera a pesar de los brotes verdes
La actual crisis económica mundial es tan grave que no será posible en los próximos años una recuperación hasta los niveles previos a ésta, a pesar de la mejora de algunos indicadores financieros en el primer trimestre de 2009.
Así lo advierte la UNCTAD, la Conferencia de Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, en su informe 2009 dedicado a la crisis, en el que destaca que fue la excesiva liberalización y la falta de regulación de los mercados financieros su principal causa.
El estudio constata que los "brotes verdes" que se han dado en algunos países en el primer trimestre "no significan que el invierno de la economía llegue a su fin".
"Esta aparente mejoría puede ser temporal y no debemos apresurarnos a afirmar que estamos saliendo de la crisis", dijo el secretario general de la UNCTAD, Supachai Panitchpakdi, al presentar el informe.
Este prevé que en 2009 el PIB mundial se reducirá más de un 2,5 por ciento, e incluso las economías que crecerán, como las de China e India, sufren una ralentización.
Y aunque considera "posible" que el PIB mundial vuelva a ser positivo en 2010, "difícilmente superará el 1,6 por ciento".
"Son muy escasas las posibilidades de que en los próximos años los mayores países desarrollados se recuperen con la fuerza necesaria para que la economía mundial vuelva a crecer al ritmo de antes de la crisis", afirman los expertos.
Esto se debe a que no cabe esperar que el crecimiento del consumo ni de la inversión se reactive de forma significativa, debido a la muy baja utilización de la capacidad y del creciente desempleo.
A fin de detener la contracción del PIB, "recomendamos mantener e incluso reforzar las políticas monetarias y fiscales expansivas", señaló Panitchpakdi.
Esto es porque "la caída de los beneficios en la economía real, el exceso de inversión en el mercado inmobiliario y el desempleo creciente seguirán restringiendo el consumo y la inversión privados en un futuro previsible".
Y como se trata de una crisis mundial, "tampoco existe la posibilidad de recurrir a las exportaciones, ya que se prevé que el comercio disminuirá en torno a un 11 por ciento", dice el informe.
Los expertos creen que los "brotes verdes", y el repunte de los indicadores financieros en la primera mitad de 2009, reflejan "un renovado interés por asumir riesgos por parte de los agentes financieros, y no un fortalecimiento de los parámetros macroeconómicos fundamentales", por lo que -advierten- "podría producirse un cambio de tendencia de un momento a otro".
El informe destaca que la actual crisis "no fue algo caído del cielo", sino que estalló tras varios años de enormes desequilibrios entre las mayores economías nacionales y dentro de cada una de ellas.
"Los desequilibrios más ostensibles eran los grandes déficit por cuenta corriente de EEUU, Reino Unido, España y varias economías de Europa Oriental, por una parte, y los grandes y crecientes superávit de China, Japón, Alemania y los países exportadores de petróleo, por otra.", señala.
En Estados Unidos y en las demás economías en rápida expansión, el crecimiento era impulsado por un consumo familiar financiado a base de deuda, gracias a "la concesión de préstamos irresponsables y la formación de burbujas en los mercados de la vivienda y de valores".
Lo que da a esta crisis una profundidad extraordinaria es, según la UNCTAD, que "la desregulación financiera y la total ineptitud de las agencias de calificación crediticia elevaron el nivel de endeudamiento a cotas sin precedentes".
El informe también critica el que se haya exagerado el riesgo de inflación como consecuencia del incremento de los déficit presupuestarios por los paquetes de estímulos fiscales y por las inyecciones de liquidez de los bancos centrales
Ahora, según Panitchpakdi, "el auténtico peligro es la deflación, no la inflación. La deflación de los salarios es la amenaza más peligrosa que se cierne sobre muchos países.
"Lo más importante ahora es quebrar la espiral descendente de los salarios, los precios y la demanda, y reactivar la capacidad del sector financiero para conceder crédito a la inversión productiva a fin de estimular un crecimiento económico real", agregó.
Por Virginia Hebrero
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