Este artículo se publicó hace 13 años.
Unicef advierte de que 780.000 niños morirán de hambre en Somalia si no tienen ayuda urgente
Unicef incrementó hoy hasta 780.000 el número de niños en territorio de Somalia que corren el riesgo de morir de hambre si no reciben ayuda de manera urgente.
"Estamos hablando solo de Somalia", manifestó en rueda de prensa la portavoz de Unicef en Ginebra, Marixie Mercado, quien añadió que el número total de niños en situación de "malnutrición severa" en Somalia, Kenia y Etiopía se sitúa en estos momentos en 2,3 millones.
El dato supera al dado el martes por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que cifró en 500.000 los niños que afrontan "un inminente riesgo de muerte" en Somalia.
La ONU declaró el miércoles la situación de hambruna en dos regiones del sur de Somalia, Bakool y Bajo Shabele, una circunstancia que no se daba en este país desde 1992.
Naciones Unidas ha insistido en las últimas horas en que estamos ante la "peor crisis alimentaria" de los últimos años y ha redoblado sus esfuerzos para que la comunidad internacional aporte los recursos financieros necesarios para hacerle frente.
La organización internacional solicitó a sus miembros 1.900 millones de dólares para ayudar a Etiopía, Kenia y Somalia, pero de esa cantidad solo se ha financiado hasta la fecha menos de la mitad.
"Tenemos un agujero de 1.000 millones de dólares", dijo el jueves la subsecretaria general para Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA), Valerie Amos, que advirtió de que la crisis va para largo.
En este contexto, Unicef anunció hoy que tiene previsto poner en marcha un plan especial para incrementar de manera masiva sus operaciones humanitarias en el cuerno de África.
"Estamos preparando nuestra capacidad logística para entregar suministros sin precedentes de alimentos suplementarios por toda la región", declaró Shanelle Hall, directora de suministros de Unicef.
"Si queremos salvar vidas, tenemos que actuar ahora. Tenemos que hacer llegar cantidades enormes de medicinas, vacunas y suministros nutricionales en la región lo más rápidamente que podamos y facilitarlos a los niños que más lo necesitan", dijo Hall.
Desde comienzos del mes de julio, Unicef ha conseguido hacer llegar a la zona 1.300 toneladas métricas de suministros a algunas de las zonas del sur de Somalia más afectadas por la sequía y el conflicto armado causantes de esta catástrofe humana.
Pero el esfuerzo es claramente insuficiente, porque el pronóstico es que solo 240.000 menores se verán beneficiados por esta ayuda de Unicef, que estima que necesitará 100 millones de dólares hasta final de año para poder llevar a cabo con éxito la operación.
Mientras tanto, continúa el goteo de refugiados somalís que huyen del hambre en su país hacia las vecinas Kenia y Etiopía.
ACNUR indicó hoy que en Dadaab, campamento de refugiados en territorio de Kenia que ya alberga a más de 380.000 personas, "seguimos recibiendo a diario unos 1.500 nuevos refugiados".
"En total, Kenia ha recibido más de 100.000 somalís en lo que va de año. En Etiopía, la región fronteriza de Dollo Ado ve llegar a diario a cientos de personas, con más de 74.000 llegadas desde enero", explicó la portavoz de ACNUR, Melissa Fleming.
El principal desafío de ACNUR es ayudar a la gente que llega en condiciones de salud muy precarias, después de caminatas de hasta dos meses para alcanzar los campos de refugiados.
"Solo el martes se registraron 15 muertes a consecuencia de la malnutrición y de dolencias relacionadas en el campamento de Kobe, en la región de Dollo Ado", dijo Fleming.
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