Este artículo se publicó hace 16 años.
Unicef alerta de que 90.000 niños somalís pueden morir si no llega ayuda en 15 días
Unicef alertó hoy de que 90.000 niños somalís corren el riesgo de morir en las próximas dos semanas si no llega la ayuda humanitaria necesaria.
"Estamos ante una bomba de tiempo que está a punto de explotar", afirmó en Ginebra el representante de Unicef en Somalia, Christian Balslev-Olesen, tras una semana de consultas con los países donantes, a los que expuso la dramática situación del país africano.
El representante de Unicef explicó que la situación se ha degradado en los últimos dos meses tanto que, si a finales del 2007 1,5 millones de personas dependían totalmente de la ayuda humanitaria para subsistir, esa cifra creció hasta los 2 millones.
"Actualmente, el 24 por ciento de la población somalí depende totalmente de la ayuda internacional", explicó.
Asimismo, indicó que el 27 por ciento de los niños somalís padecen malnutrición aguda, por lo que cualquier pequeña enfermedad los puede matar.
Para alimentar a esos niños, Unicef estima que necesita unos 6 millones de dólares, más otros 3 que implementaría para aplicar programas de saneamiento con los que luchar contra el cólera, que hace estragos en el país.
"Lamentablemente, Somalia es la crisis humanitaria olvidada", afirmó.
En total, Unicef pide 10 millones de dólares para hacer frente a la situación de emergencia y 47 millones para este año en general, "aunque son cifras que establecimos cuando eran 1,5 millones las personas que necesitaban de nuestra ayuda para sobrevivir, ahora son 2 millones".
El representante de Unicef afirmó que los países donantes europeos le mostraron "sensibilidad ante el problema".
Por otra parte, Balslev-Olesen destacó el "dramático crecimiento de la violencia sexual y los acosos a mujeres en niveles que no se había visto hasta la fecha".
Y agregó: "Ahora vemos cosas que no se habían visto nunca, hay violaciones a plena luz del día, frente a otras personas, y esta violencia proviene de todas las parte, de los militares, de la guerrilla, de todos los implicados".
"Y lo peor es que no tenemos medios para luchar contra esta plaga", confesó Balslev-Olesen.
Hace dos días, la directora ejecutiva adjunta de Unicef, Hilde Johnson, afirmó que "las agresiones sexuales llegaron a niveles de epidemia".
"Se está instalando como una sistemática arma de guerra, y estamos muy preocupados", aseguró Johnson.
Asimismo, Balslev-Olesen se lamentó de que por primera vez en la historia del país, unas instalaciones de la ONU fueron atacadas.
El pasado lunes, la ONU suspendió temporalmente sus operaciones en Mogadiscio y otras ciudades de Somalia a raíz de un ataque a las instalaciones del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), que no causó víctimas.
"Eso sólo complica la situación porque la acción humanitaria no se implementa a causa de la inseguridad", explicó.
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