Este artículo se publicó hace 13 años.
La Unión Europea da un paso más en el endurecimiento de la disciplina presupuestaria
La zona euro dio hoy un paso más en la definición de su respuesta a la crisis de la deuda, al alcanzar un acuerdo sobre los seis textos legislativos que pretenden endurecer la disciplina presupuestaria común y luchar contra los problemas de competitividad, mediante un nuevo abanico de sanciones.
Se trata de una "reforma histórica", según el comisario europeo de Asuntos Económicos, Olli Rehn, quien mostró su confianza en que la decisión de hoy despeje el camino para alcanzar un acuerdo con el Parlamento Europeo en torno al verano, de manera que el nuevo sistema esté listo para ser empleado desde 2012.
La ministra de Economía francesa, Christine Lagarde, abundó en esa idea y calificó de "ambiciosa" la reforma, que, a su juicio, solucionará algunos de los problemas detectados en el diseño de la unión monetaria, al "avanzar" hacia un auténtico "gobierno económico europeo".
El acuerdo de hoy ha sido posible tras meses de discusiones sobre el nuevo sistema, que incluye nuevas sanciones políticas y financieras contra los países que incumplan las normas, mediante un complejo sistema de activación que pretende ser más automático, más preventivo y menos dependiente del consenso de los miembros de la Unión Europea (UE).
Las multas, que se aplicarán a los países endeudados pero también a los que no hagan los deberes respecto a sus problemas de competitividad, alcanzarán hasta el 0,2 % del Producto Interior Bruto (PIB) del Estado afectado, que en el caso de España podrían elevarse hasta los 2.000 millones.
El acuerdo pretende "dotar de dientes" a la legislación actual sobre rigor presupuestario, que fue suavizada tras las presiones ejercidas en 2003 por Alemania y Francia para evitar ser sancionadas.
La mayor reforma de la disciplina fiscal común desde la creación de la moneda única forma parte del caudal de medidas contra la crisis de la deuda que la Unión Europea pretende presentar en la próxima cumbre de líderes, que se celebrará el 24 y el 25 de marzo.
El acuerdo, sin embargo, recibió las críticas inmediatas del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, presente en la reunión, que lo calificó de "insuficiente".
Desde el inicio de las negociaciones, el líder de la autoridad monetaria ha considerado demasiado débiles las medidas y ha instado al Parlamento Europeo a promover un endurecimiento de las mismas durante la negociación parlamentaria, que comenzará ahora.
Principalmente, la institución con sede en Fráncfort cree que la automaticidad de las sanciones contemplada en la reforma es insuficiente y cree que hay que dejar menos margen de maniobra a los países para que puedan echar atrás un castigo.
Trichet insistió en esta valoración negativa, pese a los ligeros cambios introducidos tras la cumbre de líderes del euro del viernes pasado, que eliminan algunas de las disposiciones introducidas para que los países mantuvieran parte de su poder.
La ministra de Economía española, Elena Salgado, ha restado importancia a unas críticas que provienen "de quien es más ambicioso en gobernanza económica, de quien desea ir más allá".
Salgado opinó que el acuerdo alcanzado hoy es "extremadamente importante" y recoge las aportaciones españolas, como el hecho de que se haya descartado la mayoría inversa -el mecanismo elegido para agilizar la aplicación de sanciones- para abrir un procedimiento por desequilibrios económicos excesivos a un país.
A juicio de Salgado, los desequilibrios de este tipo, como las burbujas inmobiliarias o el déficit comercial, se escapan en ocasiones al control de los gobiernos, por lo que es acertado sancionar la inacción, más que la corrección de estos problemas.
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