Este artículo se publicó hace 16 años.
La Universidad más antigua de América honra a Rodríguez Zapatero
La investidura de José Luis Rodríguez Zapatero como doctor "honoris causa" por la Universidad peruana de San Marcos fue hoy un reconocimiento al gobernante, pero también el agradecimiento a España por su ayuda en la rehabilitación del histórico edificio que la aloja.
La Casona de San Marcos, ubicada en el casco viejo de Lima e histórica sede de la universidad más antigua de América, ha sido restaurada en los últimos años con fondos de la Agencia Española de Cooperación Internacional y Desarrollo (AECID).
Estos trabajos han convertido a la vieja casona en uno de los más bellos y representativos edificios de la capital peruana, antiguo centro neurálgico del Virreinato español.
España ha aportado cuatro millones de dólares, el 70 por ciento del coste total de la restauración del edificio, que comenzó a construirse en 1605 y se concluyó en el siglo XIX.
La historia de la Universidad de San Marcos se remonta a 1551. Sin embargo se instala en la vieja casona en 1857, ya que ese edificio había sido antes colegio real, noviciado y cuartel.
Sus patios y aulas han padecido el paso del tiempo y el envite de terremotos, como el de 1966, que dejó al edificio en estado de ruina y a partir del cual se sumió en el abandono. En 1991, a iniciativa de la AECID, comenzó la reconstrucción.
En palabras del historiador Cristobal Aljovín, San Marcos está tan ligada al país andino que si "uno estudia la historia de la universidad también estudia la historia de Perú y la historia de los Andes en general".
Allí, durante la colonización se impartieron cátedras en lenguas nativas, "que fueron parte del proceso evangelizador de los Andes", y al término de la colonia "se vislumbraban ideas a favor de la independencia", explicó a Efe este ex estudiante de San Marcos.
El 12 de mayo de 1551, Carlos V firmó en Valladolid la Real Provisión que creaba la Real Universidad de la Ciudad de los Reyes, y dos años después se inauguraba la primera sede en el Convento de Santo Domingo de Lima, bajo la batuta de la orden dominica.
Desde entonces, el centro de estudios pasó al convento de la Orden de San Agustín y posteriormente al Hospicio de San Juan de la Penitencia, en cuya capilla, y tras la independencia de Perú el 20 de septiembre de 1822, se instaló el Primer Congreso Constituyente del país.
El obligado traslado llevó finalmente a la universidad a ocupar la Casona de San Marcos, un cuidado edificio organizado en torno a seis patios y dónde vivió sus momentos de mayor esplendor, cuando, según Aljovín, "buena parte del pensamiento de Perú, en los siglos XIX y XX, fue construido por profesores y alumnos sanmarquinos".
Su arquitectura refleja la historia virreinal ya que, tal y como explicó a Efe el director de Patrimonio de la AECID en Perú, Juan de la Serna, se trata de un edificio que "ha sido usado por distintos propietarios, con distintas actividades, y todo eso se ha ido plasmando".
"Lo que hemos tratado en la restauración es dejar ver todas esas etapas", agregó.
"Hay maderas duras, caobas, quivilla, es un lujo", detalla el arquitecto a modo de ejemplo del esmero y cuidado que se ha tenido durante el trabajo.
Precisamente, la capacitación del personal peruano en oficios tradicionales casi perdidos como la carpintería y la yesería es, para De la Serna, la otra gran hazaña de la proceso.
Hoy en día, como refirió el arquitecto, la Casona de San Marcos se ha transformado en un centro cultural "abierto a todos los limeños y peruanos", que alberga clases de danza, música y teatro, así como exposiciones.
También cobija obras de arte de incalculable valor, como el "manto paracas", una maravilla textil perteneciente a la cultura preincaica que se desarrolló en la costa peruana entre el 700 antes de Cristo y los primeros años de nuestra era.
Del mismo modo, la recuperación de la casona ha supuesto la resurrección del centro de Lima, una parte de la ciudad que "durante mucho tiempo ha estado abandonada y desprovista de contenido cultural", acotó De La Serna.
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