Este artículo se publicó hace 14 años.
Uribe se queda fuera de la carrera por la reelección en Colombia
El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, se quedó el viernes sin oportunidad de buscar su segunda reelección consecutiva después de que la Corte Constitucional declarara ilegal un referéndum para permitirle ser candidato en los comicios de mayo.
La decisión jurídica más importante en la historia reciente de Colombia marca el inicio de una difícil campaña para los candidatos que tratarán de reemplazar a Uribe, que después de casi ocho años en el poder se convirtió en uno de los presidentes más populares del país respaldado por su estrategia para combatir a las guerrillas izquierdistas.
Uribe, el principal aliado de Washington en América Latina y que ha tenido un papel contrapeso en la figura del izquierdista venezolano Hugo Chávez, nunca expresó abiertamente su intención de ser candidato para una segunda reelección, pero los hechos demostraban su deseo de continuar gobernando.
"La Corte Constitucional de la República de Colombia, administrando justicia en nombre del pueblo y por mandato de la Constitución resuelve: declarar inexequible en su totalidad la ley (...) por medio de la cual se convoca a un referendo constitucional y se somete a consideración del pueblo un proyecto de reforma constitucional", dijo el fallo.
El tribunal respaldó una recomendación previa de uno de los magistrados que pidió declarar ilegal el referéndum debido a irregularidades en la recogida de firmas y en la financiación de la campaña de apoyo a la reelección, además de en su trámite y aprobación en el Congreso el año pasado.
La decisión, leída por el presidente de la corte, Mauricio González, implica una derrota para Uribe que llegó al poder en 2002 con la promesa de vencer militarmente a la guerrilla en un país hastiado por la violencia del conflicto interno y donde sus habitantes no se atrevían a usar las carreteras por el temor a caer secuestrados.
"Acato y respeto la sentencia de la Corte Constitucional", dijo Uribe en tono tranquilo en un acto de Gobierno en la ciudad de Barranquilla, en el norte del país.
Se declaró dispuesto a continuar sirviendo al país desde cualquier posición hasta su muerte y pidió a los ciudadanos no permitir un cambio de rumbo de la democracia colombiana.
Uribe logró su primera reelección en 2006 con base en una reforma a la Constitución impulsada por los partidos de su coalición de Gobierno en el Congreso que permitió a un presidente en ejercicio ser candidato.
CONSECUENCIAS POLITICAS
Uribe, de 57 años, ha tenido relaciones tensas con Chávez. También sostuvo enfrentamientos verbales con otros gobernantes de izquierdas como los presidentes de Ecuador, Rafael Correa; de Bolivia, Evo Morales y de Nicaragua, Daniel Ortega.
Con Uribe fuera de la presidencia de Colombia podría cambiar el mapa político de América Latina y perder fuerza el bloque que se enfrenta a Chávez y del que forma parte el mandatario peruano Alan García y al que podría ingresar el presidente electo de Chile Sebastián Piñera.
El mandatario colombiano obligó a la guerrilla más antigua de América Latina a replegarse a zonas montañosas y selváticas, lo que permitió ganar confianza de inversores extranjeros y mejorar el los resultados de la economía en un país que en el pasado fue considerado como un Estado fallido.
Uribe logró el respaldo y la admiración de los colombianos que lo consideran como la persona que logró conducir al país por la ruta adecuada al enfrentarse a la guerrilla y disipar el temor de que los rebeldes llegaran al poder por la vía armada.
Pero cualquier candidato que reemplace a Uribe probablemente no hará demasiados cambios en su política de seguridad, aunque la mayoría sostiene que intentará hacer más inversión social para combatir la pobreza y el desempleo, las principales banderas de lucha de los rebeldes.
El próximo presidente deberá enfrentarse a un alto desempleo, una pobreza extrema en ciudades y zonas rurales donde la falta de presencia del Estado en salud, educación y obras ha impedido consolidar los logros de seguridad.
Las FARC siguen combatiendo en regiones remotas en donde atacan a las Fuerzas Armadas con explosivos, mientras que grupos de narcotraficantes formados por ex paramilitares tratan de mantener el control del narcotráfico en este país considerado como el primer productor mundial de cocaína.
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