Por Rachael Myers Lowe

Según un nuevo estudio, haymenos muertes por cáncer de próstata, vejiga y riñón en loscondados que tienen por lo menos un urólogo por cada 100.000personas. Sin embargo, agregar más de dos especialistas a unalocalidad que no tiene ninguno no ofrece beneficios.

Más de un tercio de los condados en las zonas metropolitanasde Estados Unidos carecen de un urólogo, de acuerdo al equipo dela doctora Anobel Odisho, de la University of California, en SanFrancisco. Fuera de esas zonas, el 60 por ciento de los condadosno cuentan con un urólogo clínico.

El equipo evaluó si esa desproporción tiene algún efectomedible en la mortalidad por cáncer. Analizó datos de entre el2000 y el 2005 de la Oficina del Censo de Estados Unidos, elInstituto Nacional del Cáncer y los Centros para el Control y laPrevención de Enfermedades (CDC por su sigla en inglés).

Según publicó Journal of Clinical Oncology, el equipo observóque sumar un urólogo por cada 100.000 habitantes a un condado sinurólogos redujo un 16 por ciento el riesgo de morir por cáncer depróstata.

En cuanto al cáncer de vejiga, tener uno o dos urólogos porcada 100.000 habitantes redujo un 18 por ciento la mortalidad. Yel acceso a un urólogo redujo un 12 por ciento la mortalidad porcáncer renal.

En general, la mortalidad anual por los tres cánceres seguíasiendo baja: 30 hombres por cada 100.000 murieron de cáncer depróstata y 5 por cada 100.000 de cáncer de vejiga o renal.

Hubo una gran diferencia entre los condados sin urólogos ycon dos urólogos por cada 100.000 personas, aunque,sorpresivamente, el beneficio -observado en la reducción de lamortalidad por cáncer- al contar con más urólogos se estancó endos urólogos cada 100.000 personas en un condado.

Esto va en contra de la idea de que tener más médicos siemprees mejor, sostuvo Odisho.

"Hay muchas zonas en el país donde el urólogo más cercanoestá a más de 240 kilómetros de distancia, lo que para unpaciente con cáncer de vejiga, que necesita un control cada tresmeses, es una carga enorme", dijo.

Aun así, los resultados no responden por qué disminuyó lamortalidad ni prueban que contar con más urólogos haya sido lacausa.

La enfermedad cardíaca es la principal causa de muerte enEstados Unidos, seguida por el cáncer. Los de próstata, riñón yvejiga están detrás de los dos más importantes: el de pulmón y elde mama.

Otros estudios hallaron que sumar un médico de atenciónprimaria, en lugar de un especialista, evita una muerte por cada20 personas en un determinado período. De todos modos, Odishodijo que anualmente se están entrenando muy pocos urólogos, queluego tienden a instalarse en las grandes ciudades.

FUENTE: Journal of Clinical Oncology, online 20 de abril del2010.