Este artículo se publicó hace 12 años.
Usain Bolt: todos dudan menos él
Cualquier resultado que no sea la victoria no le vale. Lo dice él, Usain Bolt, a pesar de las sospechas
Cualquier resultado que no sea la victoria no le vale. Lo dice él, Usain Bolt (Jamaica, 1986), a pesar de las sospechas. Va a cumplir 26 años y en los últimos tres ha estado lejos de los 9,58 que marcó en los 100 metros del Mundial de Berlín 2009.
Su última temporada ha sido de una irregularidad importante. Las dudas levantan una montaña acerca de la motivación de un hombre que hace cuatro años fue dios en Pekín. Pero ahora viene de un último mes muy malo. Primero, un accidente de tráfico a las cinco de la mañana. Después, las pruebas de selección de su país, en las que perdió frente al joven Yohan Blake, que le ganó por 11 centésimas, un mundo en una carrera de 100 metros.
Son datos que preocupan a su entorno excepto a él y a su padre, que sigue diciendo que "Usain es muy perezoso para entrenar". Sus dudas, sin embargo, se borran cuando le ve comer ñame, una planta que forma parte de su dieta habitual. "Creo que el secreto de mi hijo está en su alimentación" dice.
De niño, Bolt tuvo escoliosis y no empezaron a tratarle hasta los 15 años, cuando se convirtió en el campeón del mundo junior de 200 metros más joven de la historia. A los 16, corrió los 400 metros en 45,35 segundos, muy próximo al récord del mundo que tenía Michael Johnson (43,19 segundos).
Superó en Pekín a enormes leyendas como Lewis (Los Ángeles 84) y Owens (1936 y 40). Desde entonces, es un atleta memorable, único en la vida, valiente y divertido. Ante las acusaciones de dopaje, no ruge, solo avisa: "Trabajamos demasiado duro para hacerlas caso".
Blake, el niño a batirSus entrenamientos los hace en hierba con zapatillas de tacos. "Cuando pasas a la pista, te sientes como si volases", asegura. Allí, Bolt estableció enormes diferencias. Solo da 41 pasos para correr los 100 metros mientras que el resto necesita unos 45. Sus marcas franquean lo imposible. Ha corrido los 100 metros en 9,58 y los 200 en 19,19.
Pero la sospecha es si está en condiciones de repetirlo o si Bolt ha consumido la parte más importante de su juventud. Las dudas existen y sus problemas en la espalda, también. El 5 de agosto, en la final de 100 metros, se empezará a ver si es el mismo de hace cuatro años. "No siento nunca ninguna presión", declaró en Pekín, pero entonces su entrenador también decía que Usain podía llegar a 9,52 y no lo ha hecho.
Y, mientras tanto, en Jamaica, en el paraíso de los velocistas, ha aparecido uno, de 22 años, Yohan Blake con el que Bolt ya contaba en 2008: "Trabaja como una bestia", dijo de él. Y no se equivocó. Hoy, Blake es algo más que una alternativa: es su gran enemigo.
Comentarios de nuestros suscriptores/as
¿Quieres comentar?Para ver los comentarios de nuestros suscriptores y suscriptoras, primero tienes que iniciar sesión o registrarte.