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Vargas Llosa dice que la literatura era para él "una manera de vivir con libertad"

EFE

El premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa ha reflexionado hoy, en una conversación con el poeta y ensayista Benjamín Prado, sobre su vocación literaria, que en determinados momentos de su vida le proporcionó la manera de vivir "con la libertad que no tenía el resto del día".

La charla con Prado, que se ha desarrollado en el Auditorio Manuel de Falla de Granada, en el marco del Festival Internacional de Poesía de esta ciudad, ha dado pie al escritor peruano para remontarse a los años de su infancia y adolescencia, marcados por el "autoritarismo" político de la época y por el que ejercía su padre.

"Por eso, la literatura era una manera de vivir con una libertad que no tenía el resto del día", ha relatado un Vargas Llosa convencido de que su vocación literaria se ha beneficiado de ello, y de ahí que el autoritarismo sea un tema "recurrente" en sus novelas.

Durante la conversación, que ha derivado también en el periodismo, cuyo ejercicio proporcionaron al escritor la "materia prima" de sus novelas, Vargas Llosa ha exaltado la grandeza de la literatura, consistente a su juicio en "hacernos vivir aquello que en la vida real no podemos vivir", y ha recordado cómo "el primer brote" de su vocación literaria se volcó hacia la poesía.

Pero en su caso, el descubrimiento de la poesía llegó acompañado de una "prohibición": la que le impuso su madre, que no le permitía leer "Veinte poemas de amor y una canción desesperada", lo que le hizo asociar a algo "pecaminoso" el libro de Pablo Neruda, uno de sus poetas de cabecera junto a Góngora, el que le "salvó" de la locura de los días en los que fue candidato al Nobel de Literatura.

Lo que dice tener claro es que lo que no le gustaría es haber ejercido una literatura "desconectada de todo lo que ocurre" a su alrededor.

En un momento de la charla, Benjamín Prado ha preguntado al escritor quiénes cree que son peores: si los explotadores de África o de la Amazonía del Perú o los dirigentes que están "cómodamente" sentados en Europa.

"Lo terrible es que son los mismos", ha opinado Vargas Llosa, para quien "las circunstancias son las que determinan en la mayor parte de los casos la crueldad y la maldad social".

"Por eso lo importante es que siempre haya frenos que canalicen los demonios que todos llevamos dentro de la condición humana", ha continuado.

Para Vargas Llosa, "la tradición de las verdades absolutas y del fanatismo todavía se mantiene viva en muchos sitios de América Latina", y eso continúa siendo "un obstáculo" para la democracia.

El Premio Nobel de Literatura ha confesado que se "encariña" con los "personajes malos" de sus novelas -"Si no lo haces, no puedes recrearlos de una manera verosímil"- y ha avanzado algo de su próxima obra: el ensayo "La civilización del espectáculo", un sesgo, ha dicho, "de la cultura de nuestro tiempo".

Vargas Llosa aprovechará su estancia en Granada para hacer una visita privada a Fuentevaqueros, el pueblo natal de Federico García Lorca, del que ha sido y es "un gran admirador incluso en la época en la que estaba de moda hablar mal" del poeta.

El acto, que se inició con la lectura, a cargo del alcalde de Granada, José Torres Hurtado, de un manifiesto por la candidatura de Granada como capital mundial de la poesía, ha concluido con una lectura de poemas a cargo de Luis García Montero.

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