Este artículo se publicó hace 15 años.
Vargas Llosa evoca la belleza del pesimismo de Onetti
El escritor peruano Mario Vargas Llosa evocó hoy en Madrid la belleza que muestra el pesimismo de la obra de Juan Carlos Onetti, al que catalogó como "el primer escritor moderno en nuestra lengua".
Vargas Llosa pronunció hoy una conferencia magistral en la Casa de América de Madrid que abrió los actos de homenaje en España al autor uruguayo en el centenario de su nacimiento.
"El mundo de Onetti es un mundo negro, muy pesimista, hay una visión de la condición humana que es profundamente desesperada, no hay salida -explicó el escritor peruano-. El mundo de Onetti es todo eso, algo que rechazaríamos si no llegara a nosotros acompañado de tanta belleza".
Vargas Llosa dijo de la literatura del escritor uruguayo que tiene la capacidad de "mantenernos siempre en penumbra y al final, nos damos cuenta de que, a pesar de la mugre, estamos gozando".
Uno de los grandes méritos de Onetti, según Vargas Llosa, es que "es el primer escritor moderno en nuestra lengua" porque es el primero en utilizar "un lenguaje que no se disocia en absoluto de aquello que cuenta, un lenguaje que parece concebido para hacer persuasiva la historia".
El escritor peruano, que en su ensayo 'El viaje a la ficción' desgranó la vida y la obra de Onetti, explicó que el uruguayo desarrolló profundamente el punto de vista e inventó los tiempos para "crear climas en los que parece que todo se va deteniendo y nos angustia".
Vargas Llosa confesó que descubrió al autor de "El Pozo" en los años sesenta y aseguró que nunca se sintió defraudado por él.
"Desde el primer cuento que leí de Onetti he tenido la sensación de que ponía sus conocimientos y su manejo de una literatura moderna pero, además -dijo-, se abría las entrañas, se sacaba las entrañas y escribía con las entrañas".
Durante la conferencia, en la que charló con el escritor español Juan Cruz, Llosa afirmó que la vocación literaria de Onetti "se convirtió para él en una especie de función orgánica".
"Podía ser muy sarcástico, a veces ser feroz, pero detrás de esos desplantes se encontraba una persona muy vulnerable y muy mal preparada para la lucha por la vida -explicó el peruano-, de manera que volcó todo eso en la literatura y escribir se convirtió para él en una manera de sobrevivir".
Vargas Llosa confesó que, en una de las pocas conversaciones que tuvo con el escritor, el uruguayo le preguntó por su modo de trabajo y sacó una conclusión de las diferencias entre ambos.
"Lo que pasa es que tú tienes relaciones conyugales con la literatura -le dijo Onetti a Vargas Llosa- y yo tengo relaciones adúlteras", contó el peruano entre las risas del público.
Preguntado por el contenido comprometido de los textos del homenajeado, Vargas Llosa explicó que Onetti pasó toda su juventud y su madurez en Uruguay y en Argentina y vivió en carne propia la experiencia latinoamericana de mediados de siglo subyugada por las dictaduras militares.
"Sin proponérselo, en ese pesimismo atroz que transpira su mundo, Onetti recoge ese sentimiento de frustración, de fracaso, de derrota y también de protesta y de rebeldía" que sentían entonces los latinoamericanos.
El peruano dijo que "por cada latinoamericano que realiza sus anhelos no hay cientos, sino miles, que no consiguen sus sueños y se sienten frustrados", de manera que Onetti "estaba dentro de un contexto que también forma parte de lo que él expresaba".
"Leer a este tipo de escritores no es que te haga más feliz, pero sí más lúcido y más consciente del mundo en el que vives -reflexionó-, aumenta tu insatisfacción y eso es una manera más intensa de vivir".
"Puedo asegurar -concluyó-, que sin los buenos libros que he leído, entre los que están los de Onetti, mi vida hubiera sido infinitamente más pobre".
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