Este artículo se publicó hace 16 años.
"A veces me la pide el marido, y la mujer dice que no se la dé"
Francisco Brenes es el responsable de Urología de la SEMERGEN
El coordinador del grupo de trabajo de Urología y Nefrología de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), Francisco Brenes, tiene claro que la introducción en el mercado de Viagra ha marcado un antes y un después en el tratamiento de la disfunción eréctil. Y no es, recuerda, porque antes no hubiera tratamientos para este problema: "Existían, e igual de eficaces, pero de administración mucho más traumática, como la inyección de prostaglandino en el pene, que se ponía justo antes de la penetración".
Para este médico de atención primaria la principal clave está en que Viagra, y con ella los tratamientos que han venido después, "han provocado que el trastorno sea mucho más natural".
En diez años de Viagra, ha habido también lugar para las anécdotas, como la que protagonizó una pareja, pacientes suyos, que rondaban los 40 años: "Me pidieron Viagra porque antes eran capaces de hacer el amor tres veces al día y, desde hace algún tiempo, sólo podían dos; yo no puede más que darles la enhorabuena".
Este médico de familia del Centro de Salud Llefià de Badalona pregunta sobre su salud sexual a aquéllos pacientes que considera pueden tener problemas, como los diabéticos, los enfermos de cáncer de próstata o a los que va a recetar fármacos que pueden influir en el rendimiento sexual, como antidepresivos.
Brenes no receta el fármaco a todo el que la pide, aunque pueda beneficiarse de él: "La sexualidad no es sólo cuestión de un pene erecto, y ha habido casos en los que el hombre me pedía Viagra y la mujer, por detrás, me hacía señas para que no se la diera".
Otras veces, comenta, el propio paciente le ha reconocido que no era a su mujer a quién quería satisfacer con Viagra: "Si me la piden para una amante, ¿quién soy yo para juzgar?".
Respecto al uso recreativo del medicamento, el médico señala que los consumidores de Viagra no siempre han de recurrir a la receta médica: "Los hay con farmacéuticos amigos o que van a Andorra y los que lo obtienen a través de Internet".
¿Y qué pasa si una persona joven la utiliza sin necesitarla? Responde Brenes: "Es como el que usa una droga, es una tontería; lo que tiene que hacer una persona joven es estimular su sexualidad, pero estamos acostumbrados a pensar que una pastilla nos lo soluciona todo".
Brenes niega la acusación que se ha hecho al laboratorio fabricante de Viagra de que ha creado una enfermedad: "El hecho de que sea una condición asociada a la edad no quiere decir que no necesite tratamiento; también lo es la artrosis y no nos planteamos no tratarla".
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