Este artículo se publicó hace 15 años.
Veronese se rodea de "siete magníficos" para un lujoso "Glengarry Glen Ross"
El argentino Daniel Veronese se ha rodeado para su montaje de "Glengarry Glen Ross" en El Español de "siete magníficos dispuestos a todo", un elenco de "lujo" que sublima la vigencia del texto que David Mamet escribió hace 25 años y con el que denuncia la indignidad del desempleo y al capitalismo feroz.
Veronese ha presentado hoy en rueda de prensa esta producción, que se estrena el próximo miércoles, acompañado del director de El Español, Mario Gas, y los siete intérpretes: Carlos Hipólito, Gonzalo Castro, Ginés García Millán, Alberto Jiménez, Andrés Herrera, Jorge Bosch y Alberto Iglesias.
El director asegura que en esta versión no ha "metido" ni "sacado" nada porque cree que la obra fluye y camina por su cuenta sin necesidad de "ayudas".
Su trama, dice, es "de una vigencia abrumadora"; es la "prima hermana" de "Muerte de un viajante", obras que a Veroneses le "destrozan el corazón" porque se percibe nítidamente que "la falta de trabajo es un ataque a la dignidad humana".
"Glengarry Glen Ross", con el que Mamet obtuvo el Pulitzer, cuenta la historia de los empleados de una inmobiliaria que, acuciada por la crisis, les propone un perverso juego: el mejor vendedor será recompensado con un cochazo, el segundo con un juego de cuchillos y el resto serán despedidos.
El espectador de la obra, que llevó al cine James Foley en 1992 con Al Pacino, Jack Lemon, Ed Harris y Kevin Speacy, contempla el despiadado combate entre unos hombres de clase media por conservar su empleo y ganar tan malvado reto.
"Es una obra que no todos los actores quieren hacer porque en el primer acto son escenas pequeñas y en las que tienen un papel de 10 ó 15 minutos como máximo y el protagonismo está muy dividido. Nos gusta más a los directores que a los actores", asegura Veronese, que quiso montarla en Argentina hace 5 años pero no pudo porque no encontró al elenco necesario.
Hipólito, que hace el papel de Levene, un buen vendedor en el pasado pero ahora de capa caída, ha asegurado que no es verdad que la obra no le guste a los actores, y que si es así es que son "tontos".
"Todos los personajes son buenísimos y es un privilegio ser parte de esta maravilla", ha subrayado Hipólito a lo que Castro (Roma, el implacable "tiburón" de las ventas) ha añadido que es un "espectáculo redondo" interpretado por "siete magníficos dispuestos a todo" y dirigidos por una "rara avis" como Veronese.
A García Millán, que interpreta a Williamson, el perverso jefe de la sucursal, le parece que "cualquier actor" querría ser parte del proyecto, "un lujo de una belleza magnífica" o, como ha dicho, Jorge Bosch (Lingk, el comprador indeciso", "una golosina irresistible").
Herrera (Aaronow, el menos "vendedor" de todos), Jiménez (Moss, un empleado mediocre) e Iglesias (Baylen, el policía) han destacado también el ambiente de camaradería, que ha hecho de este "milagro" un proceso casi "educativo".
Veronese acarició la idea de incluir el papel que Alec Baldwin interpretaba en la película y que lo hiciera una mujer, pero finalmente decidió dejarlo como en el original, sin explicitarlo en un actor.
Concha Barrigós
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