Este artículo se publicó hace 15 años.
La vida se acortaría en los barrios más pobres
Por Megan Brooks
Los habitantes de barriospobres morirían antes que los de barrios más adinerados,independientemente de la alimentación, la actividad física yotros factores de riesgo, sugirió un estudio.
Esto surge de un estudio en el que participaron más de565.000 estadounidenses de mediana edad y mayores en el llamadoNIH-AARP Diet and Health Study, que reunió datos detalladossobre alimentación, estilo de vida y antecedentes clínicos.
Las características de los barrios se obtuvieron del Censoen Estados Unidos del año 2000.
"Hubo un aumento del riesgo de muerte por cualquier causa ocáncer en barrios con deficiencias socioeconómicas", dijo ChykeDoubeni a Reuters Health.
Lo más importante es que esa diferencia "se mantuvo trasconsiderar las diferencias entre los patrones alimentarios yotros riesgos de salud de ambos grupos", agregó.
Doubeni, profesor asistente de medicina familiar y saludcomunitaria y vicerrector asistente de diversidad en Universityof Massachusetts Medical School, en Worcester, presentó losresultados en la reunión Conference on Frontiers in CancerPrevention Research de American Association for Cancer Research(AACR), que se realiza esta semana en Houston.
"Esperábamos que, al controlar esos factores asociados conel estilo de vida y los riesgos de salud, las diferenciasdesaparecerían. Nos sorprendió que las diferencias semantuvieran tras controlar factores como el tabaquismo, ladieta, el ejercicio y los riesgos médicos", señaló Doubeni enun comunicado de prensa.
Un alto porcentaje de adultos de los barrios más pobrestenía mala calidad de salud general y de alimentación, pero unmayor peso corporal promedio.
Aun tras considerar esos y otros factores de riesgo, lasprobabilidades de morir aumentaron a medida que lo hacía elnivel de carencias del lugar de residencia, concluyó el equipode Doubeni.
A diferencia de los habitantes de los barrios más ricos,los que vivían en los barrios más pobres tenían un 22 porciento más riesgo de morir en los 10 años que duró el estudio,sin importar la calidad de la alimentación ni el estilo devida.
"Este es un problema de salud pública; debemos prestarlemás atención a las personas que viven en los barrios máspobres", dijo Doubeni a Reuters Health.
"Necesitamos orientar las intervenciones de salud pública aesos barrios mediante un aumento de los recursos de salud y unamejora de los ambientes en esas zonas", finalizó.
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