Este artículo se publicó hace 15 años.
"Viernes 13", el eterno retorno de Jason
Jason Voorhees, icono del cine de terror, revive mañana con su inseparable machete y su máscara de hockey con el estreno de "Viernes 13", una modernización de la saga nacida en 1980, que ha dado ya once títulos previos.
Este asesino tradicionalmente parsimonioso, mudo y con cierto complejo de Edipo, ahora corre que se las pela y mantiene intacta su sed de venganza, a pesar de haber pasado una temporada en el infierno ("Jason va al infierno: El Viernes Final", 1993) y de haberse enfrentado a otros mitos del género ("Freddy vs Jason", 2003).
"Bienvenidos a Crystal Lake", reza el eslogan promocional del filme, en alusión al nombre del campamento de verano donde se suceden las muertes de la cinta original, dirigida por Sean S. Cunningham, y a donde se desplaza de nuevo la acción de esta revisión, firmada por Marcus Nispel ("La matanza de Texas").
En busca de su hermana desaparecida, un joven (Jared Padalecki) decide adentrarse en los bosques del lago Crystal, una zona poco accesible donde encuentra los restos de una cabaña de madera, el refugio de Jason. Son los dominios de uno de los asesinos en serie más célebres del celuloide.
"Quien se pierde en esta zona, desaparece para siempre", advierte uno de los personajes de la cinta. Y es que en ese área malvive Jason, un hombre que fue testigo de la decapitación de su madre años atrás en ese mismo lugar y cuyo recuerdo le mantiene con vida. Eso sí, practica la caza cuando cualquiera se adentra en su territorio.
"Me puse al frente de la película y me pregunté qué tiene esta mitología que hace que la gente vea esas películas una y otra vez", explicó Nispel. "Entonces te aseguras de dar a la gente lo que quiere, pero no exactamente lo que espera. Eso es lo que lo hace divertido", agregó.
Así fue. De hecho, en la cinta original Jason no es el asesino, sino su madre, quien acusa al grupo de monitores del campamento de verano de la muerte por ahogamiento de Jason, cuya vida se podría haber salvado si los jóvenes no hubieran desatendido sus funciones.
En cambio, la nueva "Viernes 13" arranca con el asesinato de la señora Voorhees, del que es testigo Jason. Años después, este personaje despierta de su letargo cuando un grupo de jóvenes decide acampar en el bosque, lo que prende la mecha para el baño de sangre.
La cinta llega con el sello de Michael Bay ("Transformers") a través de su productora Platinum Dunes, la misma que ya se encargó de actualizar "La matanza de Texas", con magníficos resultados entre crítica y público.
En esta revisión, los aficionados al género podrán encontrar numerosos detalles y homenajes a las anteriores películas de la saga, como descubrir la manera en que Jason se topa con su característica máscara de hockey, que nunca llevó hasta "Viernes 13 Parte III" (1982).
Antes de hacerlo, Jason comienza la película con la cara tapada por un saco de arpillera, al estilo del que mostraba en "Viernes 13 Parte II".
"Jason Voorhees, Darth Vader, Freddy Krueger... existen ciertos villanos que se clavan en tu cabeza", aseguró Padalecki. "Aunque no hayas visto las películas, has oído hablar de ellos y has oído hablar de 'Viernes 13'. Se trata todo de Jason", continuó.
Y como no podía ser de otra manera, el director de la película se ha encargado de trufar el metraje con muertes a cada cual más violenta y sorprendente.
Hasta tal punto que tal vez los más miedosos no podrán volver a dormir tranquilos en plena naturaleza, un efecto parecido al miedo a bañarse en las playas tras el estreno de "Tiburón", de Steven Spielberg.
"Lo que sucede (en una escena) con el saco de dormir resume todo lo que uno espera de las muertes de 'Viernes 13'", manifestó Nispel. "Resulta aterrador. Se mete en tu piel. Te permite reír de alguna manera, pero es más una risa de pánico", concluyó.
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