Este artículo se publicó hace 16 años.
Villepin será juzgado por el caso Clearstream
El ex primer ministro francés Dominique de Villepin será juzgado por su papel en un supuesto complot para difamar a Nicolas Sarkozy, ahora presidente, cuando ambos eran ministros rivales.
Villepin ha negado siempre cualquier delito por el llamado "caso Clearstream", en el que ha sido acusado de intentar torpedear la reputación de Sarkozy con documentos falseados antes de las elecciones presidenciales de 2007, que ganó Sarkozy.
"Nada justifica esta decisión de ir a juicio", dijo Villepin en un comunicado el martes por la noche después de que una fuente cercana al caso dijera que había sido acusado de "complicidad en libelo".
Se espera que el juicio, que previsiblemente será largo, empiece en 2010 y reabra uno de los escándalos más venenosos de la época del ex presidente Jacques Chirac.
Escarbará entre una tenebrosa historia digna de un Alejandro Dumas de hoy en día, en la que aparecen espías, cuentas bancarias secretas y argucias al más alto nivel en el Estado francés.
Villepin, un ex diplomático conocido por su denuncia de la invasión de Irak liderada por Estados Unidos en 2003, fue uno de los aliados más estrechos de Chirac, primero como jefe de Gabinete y después como ministro de Exteriores e Interior antes de convertirse en primer ministro en 2005.
Sarkozy se presentó como acusación particular en el caso Clearstream en 2006, pidiendo a los magistrados que dieran con los que estaban detrás del escándalo, y Villepin se quejó en su comunicado de que era una víctima de un prejuicio legal.
"A lo largo de la investigación judicial, la realidad de los hechos y de la ley ha sido retorcida a favor de un único demandante que es al mismo tiempo presidente de la república", dijo Villepin.
Jean-Louis Gergorin, un ex alto ejecutivo del fabricante aeronáutico europeo EADS, el especialista informático Imad Lahoud, el periodista Denis Robert y el ex asesor Florian Bourges también serán juzgados.
Además de desenredar los detalles del caso, el juicio subrayará la amarga rivalidad entre Villepin y Sarkozy, su antiguo ministro del Interior, mientras ambos aspiraban a suceder a Chirac en el Palacio del Elíseo.
ESCÁNDALO
Producto de pura sangre del sistema de educación de élite de Francia y la dorada sede del Quai d'Orsay (Ministerio de Exteriores), siempre se consideró que Villepin detestaba al ambicioso Sarkozy cuando ambos coincidieron en el Gobierno.
Aunque las probabilidades de Villepin de convertirse en presidente sufrieron un revés fatal con las semanas de disturbios callejeros que sacudieron Francia en 2005 y 2006, la amargura que rodeó el caso Clearstream añadió un golpe de gracia a su carrera política.
El escándalo surgió por primera vez en 2004, cuando un magistrado que trabajaba en un caso de corrupción recibió información sobre cuentas secretas en la firma financiera luxemburguesa Clearstream, aparentemente a nombre de Sarkozy y docenas de altos cargos.
Las "cuentas" resultaron ser falsas, y la investigación pronto pasó a centrarse en encontrar al responsable de la maniobra.
Las especulaciones se centraron en Villepin, que había ordenado a responsables de inteligencia realizar una investigación secreta sobre las supuestas cuentas que fue pasada después al magistrado.
Posteriormente se reveló que el informante fue Gergorin, un agente entre bambalinas que combinaba estrechas relaciones con los servicios de inteligencia con su papel como ejecutivo de EADS.
Los magistrados instructores creen que Villepin podría haber instado a Gergorin a entregar los documentos. El fiscal del Estado ha dicho que al menos no evitó que actuase Gergorin, pese a dudar de la autenticidad de los archivos.
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