Este artículo se publicó hace 15 años.
Visitas a mujeres pobres ayudarían mejorar controles oncológicos
Las visitas hogareñas deprofesionales entrenados en salud harían que cada vez másmujeres hispanas de bajos ingresos se realicen controlesdiagnósticos (screening) de cáncer de mama y cuello uterino.
En Estados Unidos, a las mujeres hispanas se les suelediagnosticar el cáncer de mama y de cuello uterino en estadiosmás tardíos que a las no hispanas, a la vez que tienen unasobrevida menor que el resto. Las bajas tasas de control seríanparte del problema.
El nuevo estudio, publicado en American Journal of PublicHealth, puso a prueba la efectividad de un programa deentrenamiento de ciudadanos legos para educar a mujereshispanas de bajos ingresos sobre la importancia de lamamografía para detectar tempranamente el cáncer de mama y delPapanicolaou (Pap) para detectar el cáncer de cuello uterino.
El equipo dirigido por la doctora María E. Fernandez, deUniversity of Texas Health Science Center, en Houston, puso enpráctica el programa en dos comunidades con un gran porcentajede trabajadores inmigrantes. Las mujeres de otras doscomunidades similares funcionaron como grupo "control".
Las más de 700 participantes tenían 50 años o más y nuncahabían adherido a las guías de diagnóstico que indican el usode la mamografía y el Pap o examen de citología.
Los expertos recomiendan que las mujeres se hagan unamamografía anual a partir de los 40 años; el Pap deberíahacerse por lo menos cada tres años a partir de los tres añosposteriores al inicio de las relaciones sexuales.
Las participantes del programa recibieron en su hogar lavisita de un educador en salud, que era una persona de sucomunidad que, además de hablar con ellas sobre la importanciadel control diagnóstico del cáncer, las ayudaba a ponerse encontacto con los servicios de salud locales.
A los 6 meses, el 41 por ciento de las participantes sehabía hecho una mamografía, a diferencia del 30 por cientoregistrado en el grupo control. Además, el 40 por ciento sehabía hecho un Pap, a diferencia de menos de un cuarto de grupocontrol.
Varios estudios ya habían demostrado el valor de losciudadanos legos formados en salud.
Los programas funcionan porque la información está adaptadaa grupos específicos o porque las personas confían más en lospares de su propia comunidad.
El equipo sostiene que se necesitan más estudios paracomprender los motivos de esa actitud, de modo que se puedandesarrollar programas más efectivos.
FUENTE: American Journal of Public Health, mayo del 2009.
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