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Vivir en la calle son 20 años menos de vida

La esperanza de vida de los sin techo apenas llega a los 55 años. Se han incorporado mujeres, jóvenes e inmigrantes

DIEGO BARCALA

Hace apenas un mes los medios de comunicación revolotearon sobre una noticia de prosperidad: la esperanza de vida de los españoles nacidos en 2005 supera los 80 años. Al margen del alborozo quedaron 30.000 personas cuya vida es más dura que el suelo donde apenas consiguen conciliar dos horas de sueño al día. Es el número de población que vive con lo puesto en las calles de España. Su esperanza de vida es de apenas 55 años.

El alcohol, las drogas, la penosa alimentación, el sexo inseguro y sobre todo la dificultad para acceder a la sanidad pública acortan su vida. Los análisis sobre sus hábitos diarios demuestran que cerca de la mitad de los sin techo sufre alcoholismo. 'Algunos de ellos caen en el alcohol por aceptación, otros por el calor y los hay que simplemente para olvidar', analiza María Teresa Pérez, del Instituto de Salud Pública de Madrid. 'Muchos llegan a la calle con problemas con la bebida y otros caen en el alcohol después de dormir a la intemperie', añade.

Cambio de perfil

El mendigo, indigente, sin hogar o sin techo prototípico ha cambiado en los últimos años. La inmigración ha sido el fenómeno que más ha afectado a este colectivo al que se han incorporado también jóvenes y mujeres. El estudio de su perfil añade también que tienen un nivel de educación más avanzado. El 30% de los que pernoctan en puentes, bancos o cajeros automáticos ha completado estudios de secundaria. Son un 17% más que hace una década.

Sus características han cambiado pero los prejuicios que sufren por parte de la sociedad son los mismos de siempre. Sebastián Mora, de Cáritas, explica con una anécdota en qué consiste el estigma que pesa sobre los excluidos por el sistema: 'Colocamos un cartel para la campaña de este año en un centro social. Pasaron unos jóvenes y nos soltaron: ‘Esa gente vive en la calle porque quiere'. Y eso que estábamos en un centro social y no en un bar de copas'.

Acceso a la sanidad

El cartel que colocaba Mora lanza el siguiente mensaje: 'El alta médica es una mala noticia... si vives en la calle'. Es el lema escogido por la ONG Cáritas junto con la Federación de Asociaciones de Centros de Integración y Ayuda a Marginados y el Ministerio de Asuntos Sociales para la campaña 'Por una salud digna para todos'.

El servicio de urgencias de los hospitales es el único acceso a la sanidad pública que tienen. Una vez curados o tratados son devueltos a la calle sin la menor protección. Las ONG denuncian que la sanidad pública no cubre los tratamientos que necesita este colectivo tan propenso a las enfermedades. La mitad de las mujeres indigentes sufre alguna patología. Los hombres enfermos suponen un 36,4% del total.

Son los más necesitados y los que menos ayuda pública reciben. Las enfermedades constituyen el mayor obstáculo de los sin hogar para alcanzar la meta de la integración.

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