Este artículo se publicó hace 15 años.
Yale censura las famosas viñetas de Mahoma
Por "riesgo de desempolvar el conflicto"
Las viñetas sobre Mahoma publicadas en un periódico danés en 2005 siguen creando polémica. La última, la decisión de la editorial Yale Press, de la universidad homónima, de no incluirlas en el libro académico The cartoons that shook the world, que precisamente analiza las fuertes protestas que provocaron aquellas imágenes en los países islámicos.
El director de la editorial, John Donatich, explicaba ayer en The New York Times que la decisión se tomó después de consultar a muchos expertos en temas de terrorismo y constatar que "existe riesgo de desempolvar el conflicto" ya que "hace sólo un año la Policía danesa detuvo a tres hombres que intentaban matar al autor del dibujo de Mahoma con una bomba en el turbante". Por eso, también han omitido otras cuatro ilustraciones del profeta. La publicación del libro está prevista para noviembre.
La autora, Jytte Klausen, nacida en Dinamarca, profesora en la Universidad Brandeis de Massachussets y una experta en temas del islam, señaló ayer a Público que desde el principio se mostró "totalmente en desacuerdo con la decisión de la Universidad de Yale", aunque la comprendió "porque las advertencias de no publicarlas procedían de altos cargos de la Administración Bush, a pesar de que ellos no conocían mi libro ni sabían de lo que hablaba". Klausen reconoció que el motivo principal de la universidad era "no ofender", aunque no acaba de entender por qué se prohibieron también el resto de imágenes de Mahoma.
Los radicales gananPara ella, esta supresión es, principalmente, una muestra de la autocensura que cada vez más toma Occidente con respecto a los temas islámicos. "Aparte de que no se publiquen imágenes, desde aquella polémica se han eliminado de los museos manuscritos persas y otomanos", apostilló. Por eso, ella insiste en que su libro "intenta aclarar que existe una diferencia entre las manipulaciones que los extremistas hicieron de aquellas viñetas y cómo se sintieron los musulmanes en general, ya que es cierto que muchos interpretaron que calumniaban a su amado profeta y a ellos les trataba como terroristas".
Klausen nunca pensó en no publicarlo. "Solamente hay un capítulo dedicado a la representación de Mahoma en el arte occidental. El resto es la historia de cómo esas viñetas se convirtieron en una celebridad", afirmó.
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