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Zapatero pide al PP que deje su actitud "facilona"

Compara a Rajoy con la oposición griega y le reclama un 'esfuerzo de responsabilidad'

D. BASTEIRO

El presidente del Gobierno reprendió ayer al PP por su 'facilona tarea', que según él se resume desde que comenzó la crisis económica en 'votar en contra y decir que el responsable es el Gobierno'. La pregunta había sido formulada en relación a la comparación que muchos dirigentes políticos españoles y europeos hacen entre la actitud del PP y la Nueva Democracia. La formación griega, hermana ideológicamente del PP, ha puesto en jaque a toda la Unión Europea por su negativa a apoyar los recortes del Ejecutivo heleno. 'Mi Gobierno trabaja entre una desconfianza excesiva de los mercados y el lógico descontento de los ciudadanos. Trabajamos en ese camino y además con muy poco compromiso por parte de la oposición, pero son así las cosas y así hay que asumirlas', aseguró con resignación Zapatero.

El presidente recordó que el año pasado se comprometió a hacer las reformas que creyera necesarias para salir de la crisis económica, pese a que supusieran un alto coste político que 'sufre' su partido, según indicó esta misma semana. Sin embargo, 'la reflexión es evidente' cuando se compara la actitud de Mariano Rajoy con la de Antonis Samaras, líder de la oposición griega. Samaras recibió el jueves una dura reprimenda de los primeros ministros conservadores de Europa, comenzando por Angela Merkel y Nicolas Sarkozy. En una cumbre del Partido Popular Europeo a la que en el último minuto Rajoy decidió no acudir alegando un resfriado, Merkel exigió a Samaras que hiciese frente a la 'responsabilidad histórica' que le debería conducir a un voto a favor de los recortes pactados entre el Gobierno, la UE y el FMI. Es 'altamente recomendable', volvió a repetir ayer la canciller, en un gesto inédito de presión a un líder de la oposición.

Samaras, del partido que durante una década falseó las estadísticas para ocultar un déficit desorbitado, pretende, según algunos analistas, derribar al Gobierno de Yorgos Papandreu propiciando el naufragio de unos ajustes que la zona euro considera una condición imprescindible para prestar apoyo financiero al país. La jugada se ensayó con éxito en Portugal, donde la oposición hizo caer a José Sócrates al zozobrar unos recortes pactados con Bruselas. El nuevo primer ministro conservador, Pedro Passos

Coelho, se estrenó en una cumbre en la que se comprometió a poner en marcha 'en dos meses' las reformas del programa de rescate, infinitamente más estrictas.

'Que España supere esta grave crisis es una cuestión de país y está por encima de los colores y las siglas políticas. Me hubiera gustado que el PP hubiese apoyado las reformas', reconoció ayer Zapatero en referencia a la negociación colectiva aprobada esta semana, pero también los recortes a funcionarios o pensiones del año pasado.

La próxima semana, el PP tiene una nueva oportunidad, según el jefe del Ejecutivo, que avanzó que pedirá en el debate sobre el estado de la nación un 'esfuerzo de responsabilidad colectiva a comunidades autónomas, ayuntamientos, fuerzas políticas y agentes sociales para llevar adelante la difícil tarea de la recuperación económica y, ante todo, la vuelta a la creación de empleo de forma sostenida'.

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