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Zapatero rechaza la marcha de Moratinos a la Unión Europea

Ha sido propuesto informalmente por varios países para sustituir a Solana

G. LÓPEZ ALBA / D. BASTEIRO

Podría ser, pero no será, salvo que todo se enrede de manera imprevisible. Fuentes próximas a José Luis Rodríguez Zapatero descartaron ayer con absoluta rotundidad que Miguel Ángel Moratinos se convierta en el próximo Alto Representante para la Política Exterior de la Unión Europea, cargo que, tras la entrada en vigor del Tratado de Lisboa, llevará aparejado el rango de vicepresidente de la Comisión Europea.

El nombre del ministro español de Asuntos Exteriores se ha planteado informalmente en varias ocasiones y por varios países incluida Suecia, que ejerce la Presidencia de turno. Pero, cada vez que ha surgido, 'la respuesta ha sido negativa, por su parte y por la del presidente', según fuentes conocedoras de la marcha del proceso para designar al presidente estable de la Unión Europea y al responsable de su política exterior.

La falta de candidatos de consenso deja un resquicio

Para hacerse con el puesto, a Moratinos le bastaría con el plácet de Zapatero, dados los apoyos que suscita en la UE. Pero el presidente, según las fuentes consultadas por Público, le considera 'uno de los mejores ministros' de su equipo e 'imprescindible' cuando a España le toca asumir en enero la presidencia de la UE, tarea en la que tiene depositadas grandes esperanzas para dar un impulso a la recuperación económica y para neutralizar su desgaste político.

Aunque el perfil y la trayectoria de Moratinos, que es ya 'el más viejo del lugar', se acomodan al puesto como un guante, él mismo ofreció ayer en Bruselas la clave de la situación: 'Yo estoy muy satisfecho de ser ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación de España y mientras el presidente del Gobierno me otorgue su confianza, me gustaría seguir siendo ministro de Asuntos Exteriores de nuestro país'.

Los jefes de Gobierno de la UE deben decidir el jueves

Además, en virtud del reparto de puestos por país, la designación de un español como Alto Representante conllevaría la pérdida de la comisaría de política económica que desempeña Joaquín Almunia, a quien Zapatero ya comprometió su continuidad.

Lo único que podría alterar esta situación es que, según reconocen las fuentes consultadas, a tres días para la reunión extraordinaria del Consejo Europeo, 'todo está completamente abierto'. Los jefes de Gobierno están convocados el jueves a una cena de la que deberían salir los nombres del futuro presidente estable de la UE y del responsable de su política exterior. Se decidirán como 'un paquete', pero no hay candidatos de consenso.

El planteamiento de partida es que el primer cargo debe recaer en un conservador, atendiendo a la mayoría de este signo que existe en el Parlamento Europeo, y en un progresista el puesto de responsable de la política exterior. Esta opción apunta a que el elegido para la presidencia pueda proceder del Benelux, pero si acabara siendo alguien de filiación socialista, como el ex primer ministro británico Tony Blair, todo cambiaría. La política exterior tendría que recaer entonces en un conservador para mantener el equilibrio ideológico. Los socialistas han elegido a tres negociadores: José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del PSE y el ex canciller de Austria.

En algunos círculos diplomáticos se maneja incluso la posibilidad de dar una prórroga al mandato de Javier Solana. Otras opciones son el ex primer ministro italiano Massimo DAlema y el ministro de Exteriores británico, David Miliband.

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