Este artículo se publicó hace 16 años.
Zapatero y el Nuncio analizan las desavenencias en las relaciones Iglesia-Estado
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y el nuncio del Vaticano en España, Manuel Monteiro, se han reunido hoy en Madrid para intercambiar puntos de vista sobre las relaciones Iglesia-Estado después de las desavenencias de los últimos meses.
Zapatero y Manuel Monteiro se han reunido esta noche a solas, sin la presencia de ningún colaborador, en la sede de la Nunciatura, donde el representante del Vaticano en España ha recibido al jefe del Ejecutivo.
Manuel Monteiro ha saludado a Rodríguez Zapatero al pie de la escalinata de la Nunciatura. Ambos han posado sonrientes para los informadores gráficos durante unos breves instantes, antes de entrar en el edificio.
Zapatero y el nuncio degustan esta noche un menú compuesto por delicias de calabacín y alcachofas sobre salsa de albahaca, lomo de merluza perfumado a la vainilla, tabla de quesos, y mousse de lima con gelatina de té de jazmín, todo ello regado con un vino de la Ribera del Duero, un Albariño y champán francés.
Algo más que el "caldito" que el jefe del Gobierno y el nuncio del Vaticano habían apalabrado compartir desde hace tiempo para tratar sobre las relaciones entre el Ejecutivo y la Iglesia.
Pero no fue hasta la semana pasada cuando se concretó esa entrevista, inicialmente prevista para el pasado martes.
Fuentes del Gobierno consultadas por Efe han remitido a la rueda de prensa que ofrecerá mañana la vicepresidenta primera del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, tras la reunión del Consejo de Ministros, para informar del desarrollo de la entrevista, ante la que Nunciatura ha avanzado que no tiene intención de hacer hoy comentario alguno.
Las fuentes del Ejecutivo han destacado la buena relación personal existente entre Zapatero y el nuncio y han subrayado que los problemas de los últimos meses no han sido con el Vaticano, sino con las autoridades eclesiásticas españolas.
Según avanzó el pasado viernes la vicepresidenta primera, el jefe del Gobierno trasladaría hoy al representante del Vaticano la necesidad de que haya un respeto recíproco entre el Ejecutivo y la Iglesia.
La separación de las funciones constitucionales atribuidas al Gobierno y al Parlamento, de las funciones de las instituciones religiosas era otro de los argumentos previstos por Zapatero.
El Gobierno asegura que no tiene previsto un cambio en las relaciones Iglesia-Estado motivado por las últimas polémicas, y subraya que siempre puede haber modificaciones pero sobre la base de "la tranquilidad y el diálogo".
En la presente legislatura (en concreto en septiembre de 2006) el Ejecutivo y la Conferencia Episcopal acordaron un nuevo sistema de financiación para la Iglesia católica.
Un acuerdo a pesar de las discrepancias de los últimos años ante asuntos como la ley del matrimonio homosexual, la enseñanza de la religión y de Educación para la ciudadanía, el divorcio rápido o la clonación terapéutica.
Pero el mayor enfrentamiento entre los obispos y el Gobierno tuvo como origen la concentración en favor de la familia católica celebrada el 30 de diciembre en la Plaza de Colón de Madrid.
Ese día, el cardenal Agustín García-Gasco advirtió de que los ataques a la familia cristiana conducían "a la disolución de la democracia", y el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, denunció que leyes como la del matrimonio homosexual hacían retroceder la Declaración de Derechos Humanos.
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