Zelaya dejará Honduras y Lobo intentará recuperar las ayudas

Con la investidura el miércoles de un nuevo presidente en Honduras, el mandatario derrocado Manuel Zelaya dejará el país sin haber podido retornar al poder, a pesar de meses de presiones internacionales para que se revirtiera el golpe de Estado que lo depuso.

El hacendado conservador Porfirio Lobo tomó posesión como nuevo mandatario y ahora intentará convencer al mundo de que normalice las relaciones diplomáticas con el empobrecido país y se reanude la ayuda económica, que fue suspendida cuando asumió un Gobierno de facto liderado por Roberto Micheletti.

En una carrera de resistencia, Micheletti se mantuvo durante meses al frente del Gobierno de facto y Zelaya -que fue sacado de Honduras y llevado a Costa Rica el 28 de junio- volvió en secreto a Tegucigalpa en septiembre y se refugió en la embajada de Brasil bajo amenaza de ser arrestado.

El mandatario derrocado ahora dejará Honduras como parte de un acuerdo entre Lobo y el presidente de República Dominicana, Leonel Fernández, para que el presidente depuesto se aloje temporalmente en la nación caribeña como huésped.

Lobo recibió la banda presidencial de manos del presidente del Congreso, Juan Hernández, en una ceremonia en el estadio de fútbol de la capital hondureña repleto de soldados, que incluyó oraciones del obispo auxiliar de Tegucigalpa, Darwin Andino, de un pastor evangelista y aviones militares surcando el aire.

"Seré el presidente para todos, porque Honduras somos todos", dijo Lobo en su discurso inaugural, en el que dio las gracias desde a la Organización de Estados Americanos (OEA) hasta a la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, por su intervención para intentar resolver la crisis política.

Se espera que después de la ceremonia, Zelaya salga de la embajada en un vehículo diplomático acompañado de Fernández hacia el aeropuerto de Tegucigalpa, donde citó a sus seguidores para despedirse. Estará acompañado de su esposa Xiomara Castro, una de sus hijas y su cercano colaborador Rasel Tomé.

algunos con sombreros vaqueros como el que habitualmente usa el ex mandatario - se dirigían en una marcha hacia el aeropuerto de Toncontín ondeando banderas rojas. Algunos pintaban muros con lemas a favor de Zelaya.

"Está bien porque (Zelaya) va a salir legalmente, pero sí nos da mucha tristeza porque se va", dijo Florita Milla, de 38 años, analista de laboratorio clínico en un hospital.

Zelaya viajaría en el avión privado del presidente dominicano, según fuentes diplomáticas de Honduras.

TENDIENDO LAZOS

Con la asunción del nuevo presidente, muchos hondureños esperan que vuelva la estabilidad política y también la vital ayuda internacional de organismos multilaterales en medio de la crisis económica global.

Lobo dijo que espera normalizar pronto los lazos con los Gobiernos que enfriaron sus relaciones con Honduras, además de reanudar la ayuda de los organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).

Pero el nuevo presidente deberá tender muchos vínculos. A la ceremonia de asunción, sólo confirmaron su asistencia los presidentes de Panamá, Taiwán y República Dominicana.

Y de puertas adentro, en un país dividido desde el golpe, Lobo también intenta calmar las aguas.

En una serie de medidas que intentaban reducir la tensión política antes de la asunción del nuevo Gobierno, el Congreso de Honduras aprobó la noche del martes una amnistía que beneficiará a Zelaya, y la justicia absolvió a militares que participaron en el golpe de Estado.

La amnistía aprobada por el Congreso unicameral, dominado por diputados partido de Lobo, está dirigida a delitos políticos contra Zelaya, como la supuesta violación de la Constitución por intentar realizar una consulta popular que habría allanado el camino a la reelección.

En otra medida para aliviar tensiones, Lobo anunció que tres de los ex candidatos presidenciales formarán parte de su gabinete, entre ellos el de un partido de izquierdas leal a Zelaya.