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En 2100 Madrid sufrirá el calor de Sevilla y esta el de Arizona

Las temperaturas máximas en la península aumentarán hasta seis grados este siglo

M. A.

Los datos son viejos y ya fueron adelantados por Público en diciembre. Las temperaturas máximas en la península Ibérica se incrementarán entre tres y seis grados respecto a los valores de referencia (1961-1990) hacia el final del siglo, en el periodo 2071-2100, según las nuevas proyecciones elaboradas por la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). 'Madrid será Sevilla y Sevilla será Tucson (Arizona)', según ilustró ayer el presidente del organismo, Ricardo García Herrera, en la presentación del informe.

Sin embargo, la noticia no está en los datos, sino en el método. La agencia ha empleado los mejores modelos matemáticos disponibles para ver el futuro de España y confirman el aumento de la temperatura y la tendencia a la reducción de las precipitaciones ya anunciados en estudios anteriores. 'La nueva generación de modelos confirma lo que ya sabíamos', dijo García Herrera, satisfecho por hacer frente a las críticas de los escépticos contra los anteriores modelos.

En algunas comunidades, como Madrid, las temperaturas máximas se podrían disparar hasta siete grados, en el peor de los escenarios. El patrón de lluvias en la península, en cambio, no se modificará de manera significativa en la primera mitad del siglo, aunque hacia 2100 podrían caer entre un 15% y un 30%. 'Si no hacemos nada, vamos hacia un cambio dramático para nuestros nietos, pero no hay que ser catastrofistas', apuntó el presidente de AEMET.

La secretaria de Estado de Cambio Climático, Teresa Ribera, auguró efectos nefastos de este cambio climático sobre algunas actividades económicas, como la agricultura y la hostelería. 'En la Comunidad Valenciana, si la temperatura en verano aumenta demasiado, a lo mejor hay que cambiar la estación turística', advirtió. Sin embargo, Ribera subrayó en varias ocasiones que la situación es, de momento, reversible.

Las proyecciones en las 17 comunidades autónomas, disponibles en la web de la agencia, están basadas en el escenario futuro más probable: que las emisiones mundiales de CO2 se mantengan sin desbocarse ni recortarse de manera drástica. 'Estas proyecciones dependen de lo que hagamos hoy. No es que sean irreales, es que debemos trabajar para reducir las emisiones y no llegar a estos valores', aseguró Ribera.

Según los nuevos modelos, la oscilación térmica diaria aumentará hacia final de siglo. Por el día, hará más calor. Y por la noche también, pero menos. En el caso de las temperaturas nocturnas, el incremento estaría comprendido entre dos y cinco grados, una horquilla ligeramente inferior a la máxima diurna.

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