Este artículo se publicó hace 4 años.
Alter 3¿Música a base de números? Un robot dirige una orquesta humana
El androide controla el tempo y el volumen del espectáculo en vivo, e incluso a veces canta. "La premisa es que el propio robot se mueva según su propia voluntad", apunta su técnico Kotobuki Hikaru.
Madrid-
El director sobre la tarima no tiene batuta, ni frac, ni tampoco partitura musical, pero el androide Alter 3 está desatando toda una tormenta de notas mientras guía a los músicos de una orquesta sinfónica.
El robot tiene rostro humanoide, manos y antebrazos, que gesticulan con algo parecido al apasionamiento mientras rebota y gira durante la presentación en vivo de la ópera Scary Beauty de Keiichiro Shibuya en el emirato de Sharjah.
Para Shibuya, un compositor japonés, el papel de los robots en nuestra vida cotidiana puede estar aumentando, pero depende de nosotros decidir cómo puede la inteligencia artificial añadir algo a la experiencia humana, y cómo pueden crear arte de manera conjunta los humanos y los androides.
"Este trabajo es una metáfora de las relaciones entre los humanos y la tecnología. A veces el androide se vuelve loco, y las orquestas humanas tienen que seguirlo. Pero a veces los humanos pueden cooperar muy cómodamente", dijo.
Shibuya escribió la música, pero el androide controla el tempo y el volumen del espectáculo en vivo, e incluso canta a veces. "La premisa es que el propio androide se mueve según su propia voluntad", dijo su técnico Kotobuki Hikaru.
La letra de la obra se basa en textos literarios del escritor estadounidense de la generación beat William Burroughs y del francés Michael Houellebecq. "Los robots y la IA que existen ahora no son en absoluto completos. Mi principal interés... es lo que sucede cuando esta tecnología incompleta se une al arte", dijo Shibuya.
La actuación obtuvo respuestas dispares
No obstante, el resultado de la obra tuvo distintas reacciones: "Creo que es una idea muy emocionante... hemos venido a ver qué pinta tiene y hasta qué punto es... posible", dijo Anna Kovacevic.
Un segundo miembro del público, que solo dio su nombre como Billum, dijo después del espectáculo: "Un director humano es mucho mejor". Aunque está interesado en la IA y anticipa grandes avances, Billum sacó esta conclusión sobre el proyecto: "El toque humano se ha perdido".
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