Este artículo se publicó hace 14 años.
Arranca la guerra del sushi
Medio centenar de países está reunido en París para decidir el futuro del atún rojo, en peligro de extinción en el Atlántico Oriental y Occidental. Las ONG ecologistas exigen el fin de la pesca, mientras la UE
Hoy arranca la semana clave de las negociaciones que decidirán el futuro del atún rojo, ingrediente principal del sushi y el sashimi y motor del sector pesquero en España. Pese a que la población de esta especie ha estado en grave peligro en la última década, la fuerte presión de los países pesqueros está logrando que se descarte una prohibición de pesca. España, acompañada de otros países, ha logrado que la UE se sume a esa posición ambigua.
La reunión de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT), que agrupa a 48 países, comenzó el miércoles con el bombazo de la noticia de la posición de la UE, que irrita a la coalición de ONG ecologistas. En Bruselas, los 27 decidieron que la Unión, considerada históricamente como una aliada de los atunes frente a la voracidad de Japón, irá esta vez sin ningún mandato común para aprobar nuevas restricciones de pesca.
La especie ha sufrido un declive del 43% en el último medio siglo
Los europeos descartan así dar impulso al programa, relativamente ambicioso, que había enunciado el mes pasado la comisaria de Pesca de la UE, Maria Damanaki. Esta había señalado entonces que la cuota total de pesca autorizada de ese atún debe bajar, de las 13.500 toneladas actuales hasta las 6.000 toneladas. Sólo así podría reconstituirse la población, que para los expertos de la UE ha disminuido solo un 50% en los últimos cuarenta años, y no el 85% que denuncian las ONG. Para 2010, de las 13.500 toneladas autorizadas, 7.087 corresponden a la UE, y dentro de ellas 2.526 toneladas a España.
Cifras "alarmistas"La Asociación de Pesca, Comercio y Consumo Responsable de Atún Rojo, un lobby del sector pesquero español que está presente en París, critica las cifras "alarmistas" de los ecologistas y lamenta que se esgriman "datos desfasados" para intentar suspender la pesca. Según el último informe científico del ICCAT, el plan de recuperación de la especie, puesto en marcha en 2006, ha evitado su colapso. No obstante, calculan, en el último medio siglo la especie ha sufrido un declive del 43%.
El mercado negro movió 4.000 millones de dólares entre 1998 y 2007
Sin embargo, España, Francia, Italia, Portugal y Malta han presionado para que la UE adopte una "política de gestión del statu quo" y apoye continuar con la actual cifra de capturas permitidas. Desde 2006, el ICCAT ha recortado estas cuotas un 54% para permitir la recuperación de la especie. En todo caso, la posición de la UE, el simple mantenimiento de las cuotas para restablecer la población de atunes en pocos años, tiene un margen de error de nada menos que el 40%, según el propio estudio científico en el que se basan los 27.
En las últimas horas, solo se ha notado una concesión de los países de la UE, dispuestos a bajar a una cuota de 11.000 toneladas anuales como prueba de buena fe conservacionista. El descenso significaría mantener el 81% de las capturas actuales.
Para las ONG, no basta para salvar a la especie del colapso en el Atlántico Oriental, Occidental y en el Mediterráneo. WWF, Greenpeace, Pew Environment Group y Oceana han desplegado a decenas de expertos en París para intentar exponer sus propios estudios, mucho más alarmistas que las investigaciones oficiales, e intentar hacer presión para que los pesos pesados de la diplomacia se muevan.
Un plan de choque ha recortado las capturas un 54% desde 2006
El comunicado conjunto de las ONG indica que "más de 30 años de mala gestión y de pesca ilegal, junto con malas estadísticas, fraude y desprecio de la ciencia, han llevado a que el declive de la población de atún atlántico alcance más del 85% desde 1970".
Recuerdan que el atún atlántico occidental, una parte de esa especie comestible tan reclamada por las conservas de todo el mundo y por los restaurantes japoneses, ya se encuentra en la lista de las especies "en peligro crítico" de la Unión Internacional para la Conservación dela Naturaleza (UICN). "Treinta años después de su colapso, siguen sin recuperarse", destacan las ONG.
Los ecologistas denuncian que la política de sostener el statu quo "no ha logrado nada más que mantener la población a un nivel que sólo representa el 15% de lo que era anteriormente".
"Es un mal comienzo", opinó Remi Parmentier, asesor del grupo ecologista estadounidense Pew, que supervisa las conversaciones diplomáticas. "Aquí habría un caso real para poner en práctica lo que se dice sobre la reforma de la pesquería", añadió, señalando así que, pese a los discursos sobre nuevas modalidades de pesca sostenibles, cuando llega la hora de la verdad, los imperativos económicos y de conflictividad laboral se imponen como en los mejores tiempos de afán por la productividad y el consumismo.
Con las conversaciones en punto muerto, Japón, gran consumidor mundial de atún rojo y principal importador de lo capturado por la UE, interpretó el papel de bueno de la película. El viernes, Masanori Miyahara, jefe de la delegación del país que absorbe casi el 80% de los atunes rojos del Mediterráneo para elaborar sushi y sashimi, respaldó una política de cuotas restrictivas, e incluso puso sobre la mesa la propuesta de prohibir la pesca a las flotas que "no presenten garantías frente a la pesca fraudulenta".
Porque la pesca fraudulenta es lo que está asesinando al atún atlántico. Según datos de la plataforma de ONG, que se basan en una reciente investigación del Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, ese mercado negro de buques que escapan a las cuotas y descargan más de lo que declaran alcanzó 4.000 millones de dólares entre 1998 y 2007.
Otro elemento inquietante son las últimas catástrofes ecológicas. Si ya quedan solo entre el 15% y el 50% de los atunes atlánticos, la situación podría empeorar en los próximos años. Según un estudio del Pew Environment Group, el masivo vertido de petróleo debido al accidente de la plataforma de BP en el Golfo de México ha afectado de forma generalizada esa zona de apareamiento y desove del atún. La reproducción podría haberse visto afectada, algo sobre lo que los países no han comunicado datos.
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