Este artículo se publicó hace 13 años.
El arte de la extinción
Una exposición en Londres muestra las obras de 200 artistas que se han inspirado en 132 especies de aves desaparecidas
Guadalupe Caracara vivía feliz, rodeada de vegetación, en una isla de México. Su mejor época fue hacia el año 1876. A partir de ese momento los criadores de cabras llegados a la isla la persiguieron, cazaron y envenenaron hasta que acabaron con ella hacia el año 1900. Hoy es una de las 132 especies de pájaros extintos en casi dos siglos que sirven de base o referencia a la exposición Ghosts of gone birds (Espíritus de pájaros desaparecidos), que se presenta en la Rochelle School del norte de Londres del 2 al 23 de noviembre. La Caracara habitaba la isla de Guadalupe y es una de las pocas especies cuya extinción ha sido intencionada porque, a pesar de no ser un ave depredadora, a veces atacaba a los indefensos cabritillos recién nacidos. Hoy, otras 190 especies están al borde de la desaparición.
Los organizadores de esta exposición, destinada a ser un grito de protesta contra la extinción de especies, han invitado a 200 artistas a producir una obra de arte inspirada en alguno de los pájaros extintos registrados por BirdLife International, la mayor entidad conservacionista que opera de forma independiente a los gobiernos en el mundo. Con 116 asociados, BirdLife International está vinculada en España a SEO (Sociedad Española de Ornitología), cuya agenda incluye controlar algunos tipos de aves silvestres en peligro de extinción en la Península y las islas, como la pardela balear, una especie de pequeña gaviota.
A día de hoy, otras 190 especies están al borde de la desaparición en todo el mundo
Jim Lawrence, director de programas para la prevención de la extinción de pájaros de BirdLife International, asegura que la conservación de las aves migratorias tiene un ámbito global. "Eso exige que nuestro trabajo sea también de alcance global porque los pájaros pasan de un país a otro sin enseñar pasaporte; ellos no conocen fronteras", dice. Los programas contra la desaparición de aves silvestres que dirige Jim Lawrence serán los principales beneficiarios de esta muestra de arte en la que las casi 300 obras están a la venta a precios que van desde 50 a 45.000 euros.
BirdLife International compartirá con los artistas lo que genere la venta de las producciones. La popular novelista Margaret Atwood ha tejido un pájaro con una madeja de lana expresamente para Ghosts of gone birds. Además de artistas como el ilustrador Sir Peter Blake o Ralph Steadman, músicos y escritores participan también en esta iniciativa artística a favor de la conservación de la vida ornitológica. A Ralph Steadman le ha gustado tanto la idea que en lugar de hacer una obra ha dado vida sobre papel a casi un centenar de pájaros, incluida Guadalupe Caracara y otros irreverentes como los que defecan encima de inocentes peatones.
Desaparición en diez añosEn España corre peligro la pardela balear, una pequeña ave similar a la gaviota
"Los últimos 30 años han sido especialmente perjudiciales para la vida de los pájaros, dado que han desaparecido 21 especies", explica Lawrence.Es un dato muy superior a la media, que debería ser una especie perdida cada siglo. Si a eso se añade que 190 especies están en grave peligro de extinción, no corren buenos tiempos para los pájaros. Si no se actúa de forma inmediata, alerta BirdLife International, en diez años estos 190 tipos de aves podrían haber desaparecido.
Una de estas familias en peligro es la del albatros. Cada cinco minutos muere uno de ellos, una velocidad superior a la de su crianza. De las 22 especies que se conocen de albatros, 18 están mermando. Entre las muchas causas de la desaparición de aves, la intervención del hombre es la primera al destruir el medio ambiente en el que viven.
La exposición Ghosts of gone birds es una excelente prueba de que la creatividad artística no conoce límites. Plumas que se convierten en coloreados espejos distorsionadores, delicados móviles que se levantan al vuelo al estilo de Alexander Calder, viñetas humorísticas, esculturas e instalaciones de metal, madera, textil o cualquier material imaginable. También hay pájaros cuyo cuerpo llega al límite como Alberto Giacometti tensaba la figura humana, cajas transparentes en las que viven indicios de pájaros, un audífono recubierto de plumajes y conectado a un minúsculo iPod en el que se oyen los sonidos de las aves, plumas de pájaro para escribir, pantallas de negativos de rayos X con el esqueleto de un ave y, por supuesto, lienzos, tablas o papel sobre el que han pintando o incrustado alguna figura acerca de los animales muertos para siempre. Una sorpresa detrás de otra cuelga en las paredes de una escuela victoriana en el norte de Londres.
Cada cinco minutos muere un albatro, una velocidad superior a la de su crianza
La parte artística de la exposición la dirige el cineasta Ceri Levy, quien cuenta que toda la belleza creada en esta muestra "debe servir para que no perdamos más pájaros". El artista explica que uno de los lugares en los que van a actuar los responsables de la exposición "con el dinero que saquemos de aquí" es la isla de Malta, porque allí hay muchas especies en peligro de extinción. "El problema son los cazadores que las matan para divertirse, no son aves para comer y no molestan a nadie; yo lo he visto con mis propios ojos", concluye el cineasta, que califica de "escándalo" la situación de estas aves, como la de tantas otras.
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