Público
Público

Banda ancha móvil para todos, salvo España

Más de 155 operadoras de 64 países despliegan la tecnología que sustituirá a las redes 3G, cuadruplicando la velocidad de la conexión móvil. Las compañías españolas han hecho pruebas pero

MIGUEL ÁNGEL CRIADO

Varias ciudades de Estados Unidos (38) estrenarán en diciembre la tecnología LTE (Long Term Evolution), con la que tendrán banda ancha móvil cuatro veces más rápida. También el mes que viene, los alemanes empezarán a disfrutar de esta nueva tecnología que va a sustituir a las redes 3G. Para Nochebuena, la japonesa NTT DoCoMo lanzará su primera oferta comercial. Los españoles, sin embargo, no tendrán superbanda ancha móvil hasta dentro de unos dos años. Las operadoras han hecho pruebas con excelentes resultados, pero no tienen planes de apuntarse a la LTE.

La actual generación de redes de telecomunicaciones móviles, lo que se conoce como 3G, ha permitido a los móviles avanzados y los ordenadores portátiles conectarse a internet en movilidad. Según datos de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT), a finales de 2009 había casi dos millones de usuarios de banda ancha móvil. Y en sólo un año, el tráfico ha crecido un 64%. Pero el éxito de dispositivos como el iPhone o los netbooks amenaza con saturar la capacidad de las redes 3G. Es en este contexto donde hay que enmarcar la posición de operadoras como Telefónica que, mientras no discuten la neutralidad de la red para la fija, la rechazan para la móvil (dando, por tanto, prioridad a unos datos sobre otros).

Telefónica la despliega en Alemania pero no en España

Existe una alternativa que permitiría seguir tratando por igual a todos los bits: saltar a la LTE. Esta tecnología permite una velocidad de bajada teórica de hasta 326 Megabits por segundo (Mbs). Aunque en las pruebas reales se ha llegado hasta los 182 Mbs, este caudal multiplica por cuatro los 42 Mbs que ofrece hoy la versión más avanzada del 3G (denominada HSPA+) y supera con creces el rendimiento del ADSL, el cable y la fibra óptica. Por primera vez, una tecnología inalámbrica compite con las conexiones fijas.

Alcatel-Lucent , una de las tres grandes que están desplegando redes LTE para las operadoras, destaca más la cantidad que la calidad. Su directora de soluciones inalámbricas para España y Portugal, la ingeniera Gloria Touchard, explica: 'Destaca por la mejor experiencia que ofrece al usuario y la posibilidad que da a las operadoras de ofrecer servicios avanzados', dice.

El decreto gubernamental podría publicarse en diciembre

Por un lado, la LTE tiene una menor latencia. Es decir, en juegos online, por ejemplo, el retardo es menor. Otro de los servicios más exigentes con el 3G actual es el streaming de vídeo, audio o voz por internet. Servicios como YouTube, Spotify o Skype devoran el ancho de banda. 'Hasta ahora, la red era la que marcaba el avance. Hoy, son los servicios y los terminales y la red debe estar preparada', asegura Touchard.

Por otro lado, la LTE es la primera tecnología móvil que permite lo que los ingenieros de telecomunicaciones llaman 'todo IP'. Hoy, el transporte de la información por las redes inalámbricas es muy ineficiente. Los datos viajan por la red móvil usando el protocolo IP (el de internet). Mientras, la voz, aunque está digitalizada, usa una tecnología de los años 60, la ATM. 'Eso implica un proceso de codificación y descodificación varias veces, lo que aumenta el tiempo de procesamiento', explica la ingeniera. Con la LTE, tanto la voz como los datos que salen y llegan a la estación base más cercana a un terminal son IP. Las ventajas para las operadoras se acumulan. Por lo pronto se ahorran unos cuantos aparatos en los puntos de conexión. Además, es más eficiente: permite meter más bits (información) por hercio (ancho del espectro), con el ahorro que supone. Por otro lado, permite gestionar casi cualquier incidencia de forma remota.

Las operadoras no esperan lanzar su tecnología antes de dos años

Ante tantas virtudes, la migración parece obligada. Además de los mencionados despliegues en EEUU, Alemania y Japón, otros cinco países ya tienen LTE, según la Global mobile Suppliers Association (GSA). En su último estudio, enumera 156 operadoras de 64 países que están invirtiendo en esta tecnología y 46 de ellas lo lanzarán comercialmente el año que viene.

España no está en la lista, y eso que las principales compañías de telefonía móvil saben bastante de LTE. Algunas, como Orange, ya están cambiando 15.000 equipos en las centrales para instalar los compatibles tanto con HSPA+ como con LTE. La compañía ha realizado un ensayo en París y la matriz gala tiene planes para lanzar su LTE en 2012. En España, calculan que para 2013 llegará el despliegue masivo. 'No está todo el ecosistema, faltan aún por llegar terminales, módem y que funcione en escenarios reales', explica el director de servicios de red de Orange, Juan Vizoso.

Pero los casos más llamativos son los de Vodafone y Telefónica. Ambas están entre las primeras en probar la tecnología, ya en 2009. Pero, mientras lo lanzan fuera, lo retrasan dentro. Es el caso del mercado alemán. Allí, Vodafone y Telefónica (en Alemania opera como O2) están en una carrera con Deutsche Telekom para ver quién estrena primero la LTE en Alemania. La británica y la germana ya tienen hasta precios, y venderán las primeras conexiones en diciembre. La filial de la española, con dos pruebas en zonas rurales, lo hará en primavera.

Mejorará la experiencia de jugar online, ver vídeo y usar Skype

Un argumento para el retraso es el técnico. Las operadoras han hecho una gran inversión en HSPA+ y quieren amortizarla. 'La capacidad que nos da aún no está del todo explotada', defiende la responsable del equipo de red de Vodafone España, Begoña Franco. Hoy llegan a las 32 principales ciudades españoles con una velocidad de 28 Mbs. 'Con una simple actualización podemos llegar a los 42 y, pronto, a los 80 Mbs', añade. El coste importa. 'LTE significa nueva infraestructura: antenas, equipos y terminales', explica.

Pero el principal obstáculo al que se agarran las operadoras es el regulatorio. Nada impide que estrenen sus servicios LTE sobre las frecuencias de que ya disponen en la banda de los 2,1 gigahercios (GHz). Pero, por sus características físicas, esta tecnología funciona mejor en frecuencias más bajas. Una de las óptimas es la de los 900 MHz, la tradicional del GSM. El Gobierno abrió hace unos meses una consulta pública sobre la recolocación de varias bandas, entre ellas la liberada por la televisión analógica, que podrían ser usadas para la LTE. Según ha podido saber Público, el decreto gubernamental podría publicarse en diciembre. Falta saber si la reasignación de frecuencias será por concurso o subasta. Con esta, el Gobierno podría sacar más dinero, pero también retrasaría la inversión en la superbanda ancha móvil.

1. Llamadas HI-FI

La mayor velocidad y calidad de la LTE permitirá muchos usos que aún no se imaginan. Pero, por lo pronto, dará mejor conexión a internet en movilidad. La voz, en alta definición, también mejorará. Ya hay algunos móviles LTE en EEUU, pero el grueso empezará a salir a mediados de 2011.

2. Mil aparatos

Samsung, Ericsson, Qualcomm y otras compañías ya están fabricando chips compatibles. Los expertos creen que irán instalados en todo tipo de aparatos. Coches con conexión con motores revisables remotamente, electrodomésticos conectados, robots autómatas... Será el primer paso hacia lo que se llama la 'internet de los objetos'.

3. Todo en la ‘nube'

Con tales velocidades y eficiencia, la idea de tener todos los datos en servidores externos (la 'informática en la nube') será posible. La LTE aporta algo que se suele olvidar pero que es clave: la velocidad de subida de datos es muy superior (por encima de los 50 Mbs) a cualquier conexión fija que se vende hoy. 

150 millones de terminales

Según datos recogidos por la GSA, en 2013 se venderán 150 millones de terminales compatibles con LTE, desde móviles hasta módem USB.

200 millones de usuarios

Se estima que, dentro de cinco años, ya habrá más de 200 millones de suscriptores de servicios LTE. La consultora Gartner considera que esta tecnología acabará por dominar a otras como el actual UMTS o Wimaxx.

6.300 millones de euros

Las operadoras gastarán 6.300 millones de euros en desplegar nuevas antenas y la infraestructura de estaciones base, según ABI Research. 

¿Te ha resultado interesante esta noticia?